30 de enero de 2010

COALICIÓN OPOSITORA

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 30 de enero de 2010.

De que la coalición opositora va, nadie lo duda, salvo algunos despistados simpatizantes de la ex “Burbuja” oaxaqueña. Todas las condiciones y los trámites partidistas están puestos, solo falta formalizar lo ya visto por quienes quieren observar lo palpable.

Por lo demás, la alianza del agua y el aceite no es nueva en ninguna parte del país. El PAN y el PRD lo han hecho en Chiapas, Tlaxcala y Guerrero, entre otras entidades y le ha ido bien a los priistas resentidos. En esos tres estados, esos partidos se han aliado y han ganado las elecciones, sin embargo, el gobernador ha sido uno de esos muchos priistas desplazados, que se van de su partido, junto con muchos votos priistas. No gana el pueblo, ni los partidos, solo triunfa el interés de facción y el personal.

No hace mucho, en Oaxaca vimos el resultado de una alianza opositora. En 2004, fueron coaligados el PAN, el PRD y Convergencia. Su candidato fue el ex miembro del Consejo Político y ex distinguido priista, Gabino Cué Monteagudo. El triunfo lo obtuvo su contrincante priista, Ulises Ruiz Ortiz, por una mínima diferencia de 32 mil votos, a pesar del alarde de su equipo de campaña sobre las bondades de la ingeniería electoral. En realidad, fue el triunfo del voto duro priista contra el voto volátil, el de algunos ex priistas seguidores de Diódoro Carrasco y el de los indecisos convencidos por el dinero en efectivo y las campañas publicitarias pagadas con dinero del Fobaproa de Banamex.

Seis años después, la experiencia de la unión opositora se va a repetir. La primera piedra de esta coalición la pusieron en una reunión efectuada a fines de febrero de 2008, en uno de los hoteles del sur de la ciudad de Oaxaca. Ahí, el director jurídico del CEN del PAN, Roberto Gil Zuath, y uno de los beneficiarios del antiguo priismo oaxaqueño, Julio Esponda hijo, recriminaron a los dirigentes locales su entrega al gobierno estatal priista y, junto con los delegados federales, les anunciaron la proximidad de una alianza electoral entre el PAN y todos los partidos opositores al PRI en Oaxaca, con base en una reunión efectuada entre Felipe Calderón y el senador Gabino Cué, en enero de ese año. Alfredo Harp Helú, tío, protector político y financiero del actual senador, fue un invitado especial en ese encuentro y el único periódico con acceso al acto fue el Noticias, cuyo dueño es suplente de Cué en la Cámara de Senadores. Gabino era, desde entonces, un prospecto del PAN para la elección de gobernador.

Sólo tiene un problema: el mandamás de la Secretaría de Gobernación. Buen conocedor de los políticos oaxaqueños, Fernando Gómez-Mont sabe que Gabino gobernaría para él, financiaría a López Obrador y no para beneficio de los panistas. Por eso, su apuesta está en una mala elección del PRI, que llevaría a la renuncia partidista de José Antonio Hernández Fraguas y lo empujaría a encabezar esa alianza fraguada de antemano. Es una lucha entre la razón política del Secretario y la razón práctica del presidente nacional panistas por empujar a Gabino y las alianzas económicas que representa.

No es una apuesta aventurada. El secretario de Gobernación, el propio presidente de la República y el actual presidente municipal priista de Oaxaca de Juárez, coincidieron en la Escuela Libre de Derecho del Distrito Federal. Son conocidos y con Gómez-Mont el trato en Oaxaca es más frecuente. Una mala decisión priista en Oaxaca desencadenaría la escisión priista. Sin embargo, la coalición está más firme que nunca.

En unas semanas más veremos a los perredistas y los panistas gritar su nuevo matrimonio por los caminos de Oaxaca; de último momento, sabremos si el fiel de la balanza priista oaxaqueña le da la razón a Gómez-Mont o a César Nava: el pragmatismo priista o la inexperiencia de Eviel Pérez será la apuesta que decidirá la candidatura de la alianza opositora.

27 de enero de 2010

INDEFINICIÓN PRIISTA

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 27 de enero de 2010.

Contra lo que el sentido común pareciera dictar, el gran elector priista oaxaqueño aún no ha decidido a quién apoyar como candidato al gobierno del estado. Al menos, ése fue el mensaje a todos los funcionarios estatales, reunidos para conocer quiénes serían los padrinos priistas en los 25 distritos electorales locales.

Como todos sabemos, el Partido Revolucionario Institucional, en el país como en Oaxaca, no existe como institución política, sino es una entelequia estructurada a partir de la organización y la fuerza del gobierno correspondiente. En este caso, la fortaleza priista se basa en la capacidad aglutinadora del gobernador estatal y sus lineamientos organizativos impartidos a los funcionarios públicos para asumir responsabilidades políticas y de control partidista, a partir de la organización política generada con las estructuras administrativas de sus oficinas gubernamentales. Para eso, el gobierno nombra comisionados políticos, responsables de cada uno de los distritos o, en su caso, de los municipios más conflictivos en el estado o que pudieran generar problemas en el proceso electoral correspondiente.

Para estas elecciones, como en las del sexenio anterior, un grupo de funcionarios y ex funcionarios públicos han sido nominados como “padrinos” de los distritos electorales locales. Son los amigos a quienes quiere impulsar el actual Gobernador, para hacerse cargo de una curul legislativa; son los mismos a quienes la prensa local mencionó como presuntos candidatos para diputados locales en los últimos días de diciembre. Están en la antesala de las precampañas para diputados locales.

Su problema es que, dentro de pocas semanas, conoceremos el nombre del candidato priista para contender por el gobierno estatal; a partir de ese momento, habrá de definir su propia lista de aspirantes a las diputaciones locales. Sin embargo, cada gobernador saliente tiene una cuota de integrantes de la próxima legislatura, que le darán la garantía de no ser perseguido ni fincarle responsabilidades por los enredos administrativos generados durante su mandato. Por eso, esta lista de padrinos no es la definitiva; pero también por eso, en esa reunión, el Gobernador fue muy explícito al anunciarles que ninguno de ellos tiene asegurada la candidatura y ninguno debería inclinarse abiertamente hacia cualquiera de los actuales precandidatos priistas a gobernador, porque no hay ninguna definición partidista precisa y cualquier posicionamiento personal podría significar la animadversión del candidato electo y su sustitución en el afecto y en la lista del próximo abanderado priista estatal. El mensaje fue muy claro: no hay candidato aún y, para concluir, les agregó que, en su momento, les haría saber hacia dónde se inclinaría la voluntad de su partido.

El mensaje no lo pudieron comprender algunos acelerados del gobierno estatal, como el Coordinador de Delegaciones de Gobierno que, casi inmediatamente después, en su fiesta de cumpleaños, placeó por las mesas del festejo al Coordinador de los diputados federales priistas como el “seguro candidato a gobernador”. Tampoco lo pudo entender el Secretario de Cultura, que llevó al mismo personaje a presidir el aniversario luctuoso de su abuelo, al que le debe el cargo y donde nada tenía que hacer el diputado federal, salvo identificarse con las prisas políticas de sus bisoños promotores.

17 de enero de 2010

INTELIGENCIA PROSPECTIVA

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 16 de enero de 2010.

Dos de los problemas de nuestros gobernantes son: su escasa preparación académica y, cuando lo tienen, es en la lógica formal. Sus pensamientos van de lo general a lo particular o, viceversa, de lo particular a lo general. Cualquier razonamiento fuera de este marco lógico, es incomprendido y denostado. Ahí radica parte de la incapacidad gubernamental para avanzar en el desarrollo estatal.

El adiestramiento en el pensamiento lógico formal impide, muchas veces, encontrar soluciones alternativas a problemas aparentemente irresolubles, solo porque no se encuadran en la lógica aprendida. El adiestramiento en lo rutinario es resultado de un aprendizaje basado en la memorización, en el recabado mecánico de datos y en la copia de pensamientos y teorías de otras culturas, para tratar de aplicarlas en el entorno local, sin cuestionar su lógica creativa, sus premisas sociales constructivas y la viabilidad cultural para aplicarlas en las culturas nativas.

La dinámica de lo rutinario es el obstáculo más difícil de salvar en la posibilidad de pensar el futuro. Por el contrario, la lógica prospectiva debe basarse en otro tipo de imaginación creativa, diferente a la rutinaria y tendencial. Por ejemplo, si en la década de los 70, del siglo pasado, nos preguntaran cuál sería el futuro de las ciencias sociales en la década de los 20, del siglo XXI, muchos científicos sociales mexicanos responderíamos que estaría basado en el pensamiento marxista con origen en el Instituto de Ciencias Soviético, porque el futuro de la humanidad parecía caminar irremediablemente hacia la revolución social. Si nos hubieran preguntado en qué terminaría la "guerra fría" y el equilibrio nuclear, muchos responderíamos que el equilibrio político mundial inestable se mantendría casi hasta mediados del siglo XXI, con grandes ventajas para el bloque soviético. Sin embargo, sólo 44 años después de la creación del imperio más fugaz en la historia mundial, el soviético, la situación cambió radicalmente.

La caída del Muro de Berlín en 1989, fue el derrumbe estrepitoso de toda una ideología -destruida, aniquilada- sin disparar un solo balazo, sin masacres tumultuarias, ni resistencias heroicas de masas desbordadas por delirios de inmolación colectivas. Fue el final inesperado de una tendencia histórica y la más clara enseñanza de que en las sociedades y en la historia, lo inesperado, lo absurdo, lo improbable, tienen carta de naturalización.

Por eso, es necesario el reaprendizaje, el readiestramiento en otro esquema de pensamiento. Una lógica abierta a todas las posibilidades. Un pensamiento que vaya de la visión de conjunto para regresar al análisis de las particularidades y de ahí seguir el camino inverso, reconstruyendo la mecánica de integración de la totalidad, buscando captar su esencia y todas las posibilidades que encierra. Sólo esa lógica, en espiral creciente, nos permitirá asimilar la esencia de los fenómenos sociales y su aplicación en la práctica cotidiana, para encontrar alternativas de solución que pueden parecer absurdas e incongruentes, fantasiosas o irrealizables, pero terminan siendo las alternativas viables para las imaginaciones creativas y las voluntades constructivas.

La imaginación prospectiva, en tanto técnica de construcción de futuros debe ser muy audaz, pero sin caer en la fantasías imposibles; lo cual no impide plantear las utopías, en tanto posibilidades de futuro, no necesariamente realizables, pero sí como metas deseables de alcanzar, algún día y en aproximaciones sucesivas. La utopía prospectiva no es el lugar de "Nunca Jamás" (Neverland), sino el pensamiento de lo deseable, un impulso hacia el futuro, un acicate para alcanzar una meta, un objetivo alcanzable por aproximaciones sucesivas, que no necesariamente conducen a la primera visión utópica, sino a muchas posibilidades cercanas al objetivo deseado, aunque sin alcanzarlo nunca. Ésa es también la virtud del pensamiento utópico: es una posibilidad nunca realizada, que permite ser un oscuro objeto del deseo humano y, como tal, deseable y perseguible.

La construcción de los futuros posibles exige dejar atrás el marco de lo rutinario, dar varios pasos delante de la lógica formal, para abrir nuestra percepción a todas las posibilidades del futuro. Ninguna alternativa puede quedar fuera, so riesgo de que lo inesperado, que es lo cotidiano en el futuro, nos alcance de sorpresa.

Por eso, también, el pensamiento prospectivo debe ser holístico, multidimensional. Capaz de aceptar lo inesperado y lo extraño, para integrarlo en las posibilidades del futuro. Solo jugando con todas las posibilidades, con todas las capacidades, con todos los saberes, podremos imaginarnos los momentos del futuro, el mundo de la prospectiva.

9 de enero de 2010

PENSAR EL FUTURO

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 9 de enero de 2010.

Oaxaca es uno de los estados con mayor pobreza y mayor desigualdad económica y social del país. Quizá por eso, las nuevas generaciones siempre han aspirado a concretar los ideales de igualdad y libertad, prometidos por la Revolución Mexicana, y buscan alcanzar los estándares de confort y comodidad de las regiones más ricas del país y de los estratos altos del país, difundidos por los medios de comunicación. Sin embargo, el estado sólo les ofrece el estancamiento e inclusive retrocesos del crecimiento económico y las prestaciones sociales precedente.

Somos una entidad estructuralmente heterogénea, pero nos une la lengua franca -el español-, la cultura y las leyes; sin embargo, se registra una profunda crisis en la acción colectiva, que inhibe pensar en conjunto, obtener y administrar recursos y crear alternativas de futuro, creíbles y realizables. Hay un círculo vicioso que ata a Oaxaca a un presente insatisfactorio. En el estado se asume el reinado del corto plazo, como horizonte temporal y mental para pensar la sociedad. Vivimos con una sensación de crisis permanente, con fuertes síntomas de inestabilidad política y económica, y de vulnerabilidad de la sociedad civil.

Los resultados son la pobreza con desigualdad, índices preocupantes de insostenibilidad ambiental y grandes dificultades para ofrecerle un patrimonio educativo y cultural consolidado a las nuevas generaciones. En consecuencia, predomina el conflicto social y la escasez de recursos, como parámetros principales para la toma de decisiones y desembocan en las políticas públicas de corto plazo y la administración de los problemas, como único horizonte verosímil para la sociedad. Por eso, el primer conflicto importante del siglo XXI estuvo a punto de ser identificado como la “primera revolución social del siglo XXI”, cuando no era más que un conflicto de intereses entre las élites políticas gobernantes, que desembocó en una guerra de baja intensidad de los actores movilizados contra la sociedad civil, desarticulando las posibilidades sociales y destruyendo lentamente el talento humano estatal.

A pesar de esta cruda realidad, pensar el futuro y en el largo plazo parece un tabú entre los círculos sociales más influyentes de la entidad. Los políticos y los empresarios suponen que el mercado funciona con base en acciones autocorrectivas y consensos políticos automáticos. A lo más, asumen la planeación del futuro a nivel de los planes macroeconómicos federales y en las proyecciones demográficas, los procesos de convergencia social de la política social y, en algunos casos muy específicos, a nivel de los procesos de innovación tecnológica. Así, para ellos, lo único sensato y realista es administrar los recursos públicos, para sobrevivir políticamente en el corto plazo y el resto se considera una pérdida de energías y recursos.

Desde esa perspectiva, no hay razón para pensar en el futuro, porque supone fabricar utopías o hacer ciencia ficción. El largo plazo se piensa como algo muy lejano. Explorar el futuro se entiende como mero ejercicio de predicción, inútil, costoso e ineficiente. Pensar el futuro parece poco más o menos una necedad, una intervención al mercado, por lo que debe ser proscrito. Por desconocimiento e ignorancia, la planeación prospectiva se encuentra en el limbo entre los administradores gubernamentales estatales, caracterizados por el clientelismo y los juegos de poder e influencia. Por eso, para los administradores locales, el futuro es un tabú que no debe ser pensado ni tocado, porque abordarlo seriamente implica poner en cuestión los privilegios existentes, basados en la ignorancia académica.

Sin embargo, el futuro es importante y no puede ser dejado en manos del accidente o la contemplación, o lo que es peor, del pragmatismo malentendido, la negligencia, la inercia y la improvisación. En lugar de consumir ideologías y modas empresariales, aplicar el juicio intuitivo y los comportamientos indicativos, la sociedad oaxaqueña requiere construir su propio futuro. En lugar de seguir enredados en los conflictos actuales, los oaxaqueños necesitamos pensar en las consecuencias de las acciones presentes y revalorizar el papel de la imaginación creadora, para concretar con la acción las visiones realmente transformadoras de la sociedad.

6 de enero de 2010

NO PASA NADA


FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 6 de enero de 2010.

“No pasa nada”, dijo el vice coordinador de la bancada panista en la Cámara de Diputados, Luis Enrique Mercado, al comentar los incrementos a las gasolinas y al gas, decretados el fin de año por el gobierno federal (La Crónica, 2/I/2010). Sin embargo, ya oímos el anuncio del presidente de los empresarios de los juguetes, anunciando el incremento del costo de estos productos en 30%, para esta llegada de los Reyes Magos.

Por eso, precisamente, el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, sostuvo que el incremento de los salarios mínimos solo tendrá un impacto marginal en la situación económica de los trabajadores del país. Es más, las alzas acrecentarán la brecha entre el poder adquisitivo de los salarios y los incrementos de precios que, solo en la presente administración, cayó un poco más de 37% (El Universal, 2/I/2010).

No es para menos. Aún con la ilusión de los mejores deseos para este año, los mexicanos recibimos el anuncio del gobierno federal panistas, incrementando el precio del gas LP, de 8.03 a 8.08 pesos por kilo en su promedio nacional. Pero también anunció el incremento del costo de la electricidad residencial. Además, por tercera ocasión, en menos de 15 días, volvieron a incrementar los costos de las gasolinas. Hoy la magna cuesta $7.88, $9.66 la Premium y $8.24 el diesel. Y cada mes habrá un incremento paulatino en el precio de las gasolinas.

En su justificación, el subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda, José Antonio Meade, argumentó que no incrementar los precios “obligaría (posteriormente) a imponer cargas fiscales mayores a consumidores y contribuyentes". Es la misma tónica del discurso del vice coordinador panista de los diputados; para él, los incrementos son para retirar privilegios indebidos (La Crónica, 2/I/2010).

Es obvio que todos estos incrementos repercutirán directamente en el costo de todos los productos y servicios que consumimos los mexicanos. Primero lo vamos a resentir cuando la señora nos diga que, lo poco que quedó del aguinaldo y las quincenas del año pasado, se están yendo como agua al pagar los alimentos en el mercado o el super. Además, a partir del primero de enero, cuando compremos algo, en lugar del 15%, vamos a pagar el 16% de IVA. Pero no solo eso. A fin de mes, vamos a ver reflejado el otro golpe en nuestras quincenas. De pagar el 28% de ISR, ahora nos van a descontar el 30% y todo, gracias a nuestros flamantes diputados que nos clavaron el diente, en lugar de obligar a los poderosos del dinero a pagar sus impuestos, como lo hacemos la mayoría de los mexicanos.

Mientras casi todo el mundo ha dejado atrás la crisis y sus secuelas, los mexicanos vamos a empezar a padecerla en nuestras familias este año. Hasta diciembre, fue una crisis macroeconómica, que la veían y la sentían el gobierno y los desempleados. A partir de enero, la van a conocer hasta los campesinos en las más alejadas montañas oaxaqueñas o mexicanas.

A pesar de todo esto, los panistas creen que serán factor decisivo en las elecciones a gobernador de este año y Calderón piensa que reencauzará el rumbo legislativo, para impulsar aún más la concentración del poder económico y político del país. Lo cierto es que los ciudadanos necesitamos un nuevo proyecto de nación y una nueva organización política. A ese empeño debíamos dedicarnos, para no lamentarnos por más crisis, más incrementos, más pobreza, además de la miseria humana de nuestros políticos.