27 de enero de 2010

INDEFINICIÓN PRIISTA

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 27 de enero de 2010.

Contra lo que el sentido común pareciera dictar, el gran elector priista oaxaqueño aún no ha decidido a quién apoyar como candidato al gobierno del estado. Al menos, ése fue el mensaje a todos los funcionarios estatales, reunidos para conocer quiénes serían los padrinos priistas en los 25 distritos electorales locales.

Como todos sabemos, el Partido Revolucionario Institucional, en el país como en Oaxaca, no existe como institución política, sino es una entelequia estructurada a partir de la organización y la fuerza del gobierno correspondiente. En este caso, la fortaleza priista se basa en la capacidad aglutinadora del gobernador estatal y sus lineamientos organizativos impartidos a los funcionarios públicos para asumir responsabilidades políticas y de control partidista, a partir de la organización política generada con las estructuras administrativas de sus oficinas gubernamentales. Para eso, el gobierno nombra comisionados políticos, responsables de cada uno de los distritos o, en su caso, de los municipios más conflictivos en el estado o que pudieran generar problemas en el proceso electoral correspondiente.

Para estas elecciones, como en las del sexenio anterior, un grupo de funcionarios y ex funcionarios públicos han sido nominados como “padrinos” de los distritos electorales locales. Son los amigos a quienes quiere impulsar el actual Gobernador, para hacerse cargo de una curul legislativa; son los mismos a quienes la prensa local mencionó como presuntos candidatos para diputados locales en los últimos días de diciembre. Están en la antesala de las precampañas para diputados locales.

Su problema es que, dentro de pocas semanas, conoceremos el nombre del candidato priista para contender por el gobierno estatal; a partir de ese momento, habrá de definir su propia lista de aspirantes a las diputaciones locales. Sin embargo, cada gobernador saliente tiene una cuota de integrantes de la próxima legislatura, que le darán la garantía de no ser perseguido ni fincarle responsabilidades por los enredos administrativos generados durante su mandato. Por eso, esta lista de padrinos no es la definitiva; pero también por eso, en esa reunión, el Gobernador fue muy explícito al anunciarles que ninguno de ellos tiene asegurada la candidatura y ninguno debería inclinarse abiertamente hacia cualquiera de los actuales precandidatos priistas a gobernador, porque no hay ninguna definición partidista precisa y cualquier posicionamiento personal podría significar la animadversión del candidato electo y su sustitución en el afecto y en la lista del próximo abanderado priista estatal. El mensaje fue muy claro: no hay candidato aún y, para concluir, les agregó que, en su momento, les haría saber hacia dónde se inclinaría la voluntad de su partido.

El mensaje no lo pudieron comprender algunos acelerados del gobierno estatal, como el Coordinador de Delegaciones de Gobierno que, casi inmediatamente después, en su fiesta de cumpleaños, placeó por las mesas del festejo al Coordinador de los diputados federales priistas como el “seguro candidato a gobernador”. Tampoco lo pudo entender el Secretario de Cultura, que llevó al mismo personaje a presidir el aniversario luctuoso de su abuelo, al que le debe el cargo y donde nada tenía que hacer el diputado federal, salvo identificarse con las prisas políticas de sus bisoños promotores.