12 de octubre de 2008

DOBLE DISCURSO MAGISTERIAL.


FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ.
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 10 de octubre de 2008.

En su primera reunión con funcionarios del gobierno estatal, la nueva dirigencia del magisterio pidió dejar de lado simulaciones, imposiciones y autoritarismo para atender las demandas de los mentores con voluntad política (Tiempo, 8/X/2008). El Gobierno del Estado debía preocuparse por ese llamado a la voluntad política, porque implica una convocatoria a transgredir las leyes, para cumplir los caprichos del sindicato magisterial.

Si no mal recuerdo, uno de los primeros en utilizar el término fue el presidente municipal de Juchitán, Leopoldo de Gyves de la Cruz, cuando se puso en huelga de hambre para no comprobar más de 42 millones de pesos. Con el absurdo argumento de no contar en Juchitán con profesionales para llevar una cuenta pública ordenada, exigió la voluntad política gubernamental para solucionar su problema. A su entender, la voluntad política implicaba hacerse de la “vista gorda” y/o, en su caso, el propio gobierno estatal debía justificar los recursos reclamados. La voluntad política se aplicó y, hasta el día de hoy, Leopoldo de Gyves vive al amparo de la total impunidad.

A esa misma voluntad política convoca la Sección 22, para resolver sus dos principales demandas. Primero, el Gobierno debe recuperar las escuelas, entregadas por los padres de familia de la región mazateca y valles centrales a los profesores que sí daban clases, mientras la Sección 22 holgazaneaba en el zócalo oaxaqueño o estaba en plantones y marchas. Segundo, reclaman el castigo inmediato de sus agresores, en aquellos conflictivos días de 2006. Exigen soluciones no conflictivas, porque de lo contrario, el sindicato se verá obligado a mostrar su fuerza.

Como puede observarse, en esta primera reunión no hubo una sola propuesta de cómo elevar el nivel educativo de los niños y jóvenes de Oaxaca; tampoco se habló de cómo recuperar los días perdidos en las marchas y reuniones sindicales para elegir a sus dirigente y, mucho menos, se planteó posibilidad alguna de cursos de actualización y capacitación pedagógica para mejor atender al alumnado. Para concluir, el Gobierno, en voz de su Secretario General, ya adelantó su mejor voluntad para que las normales del estado no se cierren; puntual ofrecimiento que los profesores ni siquiera se dignaron a considerar, porque aún no está en la agenda nacional educativa.

Sin embargo, lo que sí dejó claro Azael Santiago Chepe, nuevo dirigente sindical, es que, siguiendo al Peje legítimo, no reconoce la legalidad y legitimidad del actual gobernador Ulises Ruiz Ortiz. Ya en Morelos, el mismo personaje gritaba la consigna “¡No a la privatización de la educación!”. Aquí en Oaxaca, frente a las autoridades que el Gobernador nombró y tomó la protesta, les restregó en la cara el mismo discurso pejista: ni la mano, ni el saludo al Gobernador de Oaxaca; pero eso sí, exige que el gobierno de Ulises Ruiz Ortiz le solucione sus problemas. No sé si sea un problema de psicosis política o sólo una pose circense. El problema estriba en que los grandes conflictos empiezan por las pequeñas incomprensiones verbales y estallan en medio de los conflictos de pasiones.

He insistido que en Morelos se está decidiendo el destino de la educación mexicana. Ojalá los funcionarios oaxaqueños se miren en ese espejo y no sigan cometiendo los mismos errores que han llevado a la Sección 22 a ser portavoz de la oscuridad educativa de todo el país.