17 de octubre de 2008

LECCIONES MAGISTERIALES.


FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ.

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 17 de octubre de 2008.

En el problema magisterial del estado de Morelos se enfrentan dos fuerzas, con la que ningún mexicano se puede identificar plenamente: por un lado, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), cuyo emblema es la salvaje y silvestre Sección 22 de Oaxaca y, por otro, el cacicazgo magisterial de Elba Esther Gordillo en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). En medio, atrapados y molidos por la barbarie, está la educación de miles de niños morelenses, quienes durante dos meses no han podido acudir a clases, pero, también, el destino de un proyecto para profesionalizar la enseñanza y darle calidad a los contenidos educativos de los niños y jóvenes del país.

El 13 de agosto, dos días después de la firma de la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE) en Cuernavaca, Morelos, comenzaron los paros magisteriales. Una semana después se constituyó la Comisión Negociadora del Movimiento de Bases Magisteriales de Morelos, para desconocer al comité seccional del SNTE.

Quienes retomaron la experiencia oaxaqueña —abandono de las aulas, bloqueo de carreteras, plantones y marchas— son un variopinto de actores: ex dirigentes seccionales desplazados, profesores que no aceptan perder los “derechos” para vender y heredar las plazas, y funcionarios del instituto de educación estatal (inspectores de preescolar y primarias, directores de secundarias y jefes de sector) con sus propios rencores contra el titular. También están ahí los activistas de la CNTE de Michoacán y Oaxaca, buscando reemplazar el liderazgo del SNTE; movimientos sociales como el de Los 13 Pueblos de Morelos y el Movimiento Tepozteco, así como militantes de la APPO oaxaqueña. Además, algunos legisladores y autoridades municipales del PRD.

Así, el movimiento morelense no reivindica las mejores causas de la educación, sino es una mezcla de intereses y complicidades para hacer fracasar la ACE y lograr el control sindical magisterial.

Ojalá las autoridades educativas oaxaqueñas observen este humeante espejo, para prepararse al conflicto que se desencadenará aquí dentro de unos meses. Si bien no se repetirá la Trifulca Política del 2006, el dirigente magisterial, Azael Santiago Chepe, trae en su agenda las líneas del perredismo más silvestre del país, las alianzas con los grupos más radicales del magisterio y, también, por qué no decirlo, los vínculos con los grupos periféricos de la guerrilla local. Quienes lo vean como un líder cooptable, pueden sufrir una desagradable decepción. Quienes lo vean sólo como un ariete contra Elba Esther Gordillo, convendría que recordaran la experiencia de Felipe Martínez Soriano en el conflicto de la UABJO, hace 30 años.

Si bien, aquí la ACE aún no tensa las relaciones gobierno-magisterio, a partir de enero debe ponerse en marcha en la entidad; de lo contrario, disminuirán los apoyos educativos federales y será el gobierno estatal quien desembolse los grandes costos económicos del sometimiento a los dictados de la Sección 22. Aún así, nadie garantiza que la dirigencia sindical se someta al yugo de las alianzas políticas personales. Quienes juegan a la alquimia electoral, tampoco deben olvidar que en el 2006, los únicos distritos electorales federales ganados, fueron precisamente aquellos donde el perredismo magisterial estaba escindido o los padres de familia les arrebataron las escuelas, como en el Istmo de Tehuantepec y la Sierra Mazateca.