18 de julio de 2009

VOTO DURO

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 17 de julio de 2009.

Insuflados por el apabullante triunfo del 5 de julio pasado, la dirigencia priista se ha olvidado que no triunfó la estructura partidista, sino ganaron los priistas del voto duro; que no hubo un incremento sustancial de votantes y que los chaqueteros del panismo -que se subieron al encarrerado carro vencedor priista- muy pocos votos aportaron realmente; en fin, que es una mentira la existencia de la ingeniería electoral y que el priismo triunfante de Oaxaca, es el mismo que ha sostenido al gobierno desde muchas décadas atrás, gracias a la inexistencia de una oposición pensante, dedicada a la organización partidista y congruente ideológicamente.

Cuando se revisan los resultados electorales obtenidos por los últimos cuatro gobernadores y se compara con el resultado de la última elección federal pasada, nos podemos percatar que la votación total de los priistas ha ido disminuyendo paulatinamente, a pesar de que la población general de Oaxaca se ha incrementado. Pero también es posible observar, al analizar el porcentaje comparado de la votación priista con el resto de los partidos políticos, que se ha incrementado la participación política a favor de los partidos de oposición, como se puede observar en el cuadro siguiente.

Candidato Votos %
Heladio Ramírez López 484,103 86.6 %
Diódoro Carrasco Altamirano 382,943 74.7 %
José Murat Casab 417,421 48.8 %
Ulises Ruiz Ortiz 474,758 47.2 %
Elecciones 2009 453,344 43.76%

Desde la época de Heladio Ramírez López, quien obtuvo 484 mil 103 votos, ningún otro gobernador ha logrado llegar a ese techo de votantes. Comparado con la votación que obtuvo el gobernador Ulises Ruiz Ortiz, quien alcanzó 474 mil 758 votos, los 453 mil 344 votos que lograron los candidatos a diputados federales priístas refleja una clara disminución del número de votantes a favor del PRI. Aunque también pudiera ser que esa disminución es el número real de votantes que obtuvieron los partidos Verde Ecologista y del Trabajo, cuando se coaligaron con el PRI en la última campaña de gobernador.

El de Oaxaca, como en el país entero, no fue un triunfó apabullante de la organización y la estrategia mediática priista, sino, a lo sumo, fue el triunfo de la perseverancia del sentimiento de pertenencia partidista y de la unidad impuesta desde las estructuras de mando de los gobiernos estatales priista. Fue, pues, el triunfo de la inercia y no el de la voluntad de poder y la imaginación política alternativa.

Para Oaxaca, esta distinción es clave por el proceso electoral que comienza a partir de noviembre de este año. Para aquellos que piensen que el triunfo electoral pasado es la llave para aspirar a la candidatura del mayor cargo de responsabilidad estatal, o no conocen las reglas del PRI o no han leído con precisión los renglones de la receta priista para mantenerse en el poder político.

La lectura de las votaciones obtenidas nos dice claramente que el próximo proceso electoral se va a ceñir a las reglas tradicionales del PRI. No va a haber, ni innovación ni sorpresas. El papel pautado ya está sobre la mesa. Quizá por eso, el coordinador de la nueva campaña de agradecimiento partidista de los candidatos priistas triunfantes sea el hombre que ayudó a crear los fondos financieros secretos para apuntalar la precampaña política del actual gobernador y no el operador mediático partidista, a pesar de su inmenso y reconocido poder.