FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 31 de marzo de 2010.
Han concluido las precampañas y lo único cierto es que, como desde un principio, hay cuatro candidatos confirmados a gobernador del estado. En otras palabras, el escenario estaba armado, desde antes y lo que vivimos y oímos fue sólo el refrito de lo que las camarillas del poder habían armado de antemano. En un mes más, comenzará la parafernalia de las campañas y, poco más de dos meses después, tendremos gobernador, junto con diputados y presidente municipales electos.
Según todo parece, los candidatos del PRI y el PAN, porque los demás partidos son sólo el relleno del proceso, habrán de dar una verdadera batalla para alcanzar la mayoría relativa y ser reconocidos como Gobernador Electo, antes de llegar a la batalla legal en el Tribunal Federal Electoral. Las dos coaliciones tienen suficientes recursos económicos y los están incrementando con sus alianzas con los hombres del dinero. Mientras el PRI le está apostando a los empresarios locales y las bolsas logradas por un grupo de actuales funcionarios estatales, la Coalición por la Paz y el Progreso, aunque en estricto sentido debíamos hablar del PAN, ha acudido a las cuentas bancarias de los empresarios foráneos, los mismos que financiaron a la Fundación Vamos México de Martha Sahagún, a los Amigos de Fox y concretaron la idea de que López Obrador era “un peligro para México”, en la campaña de Calderón.
Los dos principales candidatos cuentan con recursos económicos sobrados, tienen una estructura clientelar suficiente para garantizarles mítines concurridos y no dudo que la mayoría de las casillas electorales estarán cuidadas por representantes partidistas y de los candidatos. Va a ser una elección competida y casi en igualdad de circunstancias. Mientras el priista será arropado por la estructura gubernamental estatal, el panista contará con la cobertura del gobierno federal. La posibilidad de triunfo la tendrá quien logre transformar las inquietudes ciudadanas en deseo real de ir a las urnas. Como en el 2006, el voto volátil jugará un importante papel. Quien se confíe en la ingeniería electoral, estará en la picota de la derrota la noche del cuatro de julio; quien se fíe de la marejada magisterial, tendrá un horrible despertar con el próximo pronunciamiento del Tribunal Federal Electoral.
Es curioso, pero quienes lucharon contra Andrés Manuel López Obrador, ahora serán los encargados de tratar de darle una cabeza de playa estatal para su próxima precampaña electoral, aunque ellos piensen que estarán conformando la red para impedir el retorno del PRI a Los Pinos, en 2012. Perdido el Distrito Federal, porque Marcelo Ebrard también es precandidato perredista, Oaxaca puede ser la próxima tesorería lopezobradorista. De la misma forma, un grupo de priistas oaxaqueños la consideran su baluarte económico, en sus sueños por alcanzar la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional, el próximo año. Como se ve, no hay proyecto para la sociedad oaxaqueña. El estado sólo es visto como la “caja chica” para financiar aspiraciones futuras de los actuales cacicazgos políticos.
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 31 de marzo de 2010.
Han concluido las precampañas y lo único cierto es que, como desde un principio, hay cuatro candidatos confirmados a gobernador del estado. En otras palabras, el escenario estaba armado, desde antes y lo que vivimos y oímos fue sólo el refrito de lo que las camarillas del poder habían armado de antemano. En un mes más, comenzará la parafernalia de las campañas y, poco más de dos meses después, tendremos gobernador, junto con diputados y presidente municipales electos.
Según todo parece, los candidatos del PRI y el PAN, porque los demás partidos son sólo el relleno del proceso, habrán de dar una verdadera batalla para alcanzar la mayoría relativa y ser reconocidos como Gobernador Electo, antes de llegar a la batalla legal en el Tribunal Federal Electoral. Las dos coaliciones tienen suficientes recursos económicos y los están incrementando con sus alianzas con los hombres del dinero. Mientras el PRI le está apostando a los empresarios locales y las bolsas logradas por un grupo de actuales funcionarios estatales, la Coalición por la Paz y el Progreso, aunque en estricto sentido debíamos hablar del PAN, ha acudido a las cuentas bancarias de los empresarios foráneos, los mismos que financiaron a la Fundación Vamos México de Martha Sahagún, a los Amigos de Fox y concretaron la idea de que López Obrador era “un peligro para México”, en la campaña de Calderón.
Los dos principales candidatos cuentan con recursos económicos sobrados, tienen una estructura clientelar suficiente para garantizarles mítines concurridos y no dudo que la mayoría de las casillas electorales estarán cuidadas por representantes partidistas y de los candidatos. Va a ser una elección competida y casi en igualdad de circunstancias. Mientras el priista será arropado por la estructura gubernamental estatal, el panista contará con la cobertura del gobierno federal. La posibilidad de triunfo la tendrá quien logre transformar las inquietudes ciudadanas en deseo real de ir a las urnas. Como en el 2006, el voto volátil jugará un importante papel. Quien se confíe en la ingeniería electoral, estará en la picota de la derrota la noche del cuatro de julio; quien se fíe de la marejada magisterial, tendrá un horrible despertar con el próximo pronunciamiento del Tribunal Federal Electoral.
Es curioso, pero quienes lucharon contra Andrés Manuel López Obrador, ahora serán los encargados de tratar de darle una cabeza de playa estatal para su próxima precampaña electoral, aunque ellos piensen que estarán conformando la red para impedir el retorno del PRI a Los Pinos, en 2012. Perdido el Distrito Federal, porque Marcelo Ebrard también es precandidato perredista, Oaxaca puede ser la próxima tesorería lopezobradorista. De la misma forma, un grupo de priistas oaxaqueños la consideran su baluarte económico, en sus sueños por alcanzar la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional, el próximo año. Como se ve, no hay proyecto para la sociedad oaxaqueña. El estado sólo es visto como la “caja chica” para financiar aspiraciones futuras de los actuales cacicazgos políticos.
Por eso, la campaña será encarnizada. Se juegan intereses económicos y no sólo la representación política estatal. Después de un largo intermedio, que les permitirá a los candidatos negociar y encauzar las candidaturas de diputados y presidentes municipales, mayo será, no sólo mes del calor primaveral, sino también el comienzo de las fiebres futuristas.