FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 13 de marzo de 2010.
Al parecer, las cosas están acomodadas en la política estatal. El PRI y el PAN tienen candidatos definidos, que a partir del sábado inician su respectivas precampañas. No, no es un sentido esa afirmación, Ocurre que, como son precandidatos de unidad, no tienen oponentes internos en sus coaliciones, por lo que serán candidatos de sus respectivos partidos; las actividades que inician ahora, sólo servirán para alargar un mes más las campañas oficiales. También es ocioso aclarar que Gabino Cué es candidato panista, aunque formalmente milite en el Partido Convergencia por la Democracia; nada mejor para aclarar qué partido lo postuló, que el sainete armado con la renuncia al PAN del secretario de Gobernación, y los enredos de mentiras y aclaraciones de César Nava, el presidente del CEN del PAN, con los acuerdos firmados, e incumplidos, para no integrar alianzas electorales con el PRD en los estados.
En el PRI, las aguas volvieron a sus niveles de costumbre. Los dos principales ex precandidatos se han integrado a la campaña de Eviel Pérez Magaña: Adolfo Toledo, el anterior adelantado en las encuestas, asume la presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI y el actual presidente municipal, José Antonio Hernández Fraguas, será responsable de la campaña en los Valles Centrales. Sólo Jorge Franco ha mantenido, hasta el momento, su palabra de no levantarle la mano al candidato y únicamente apoyar con su solitario voto la campaña priista.
Si las cosas caminan como hasta hoy, la ex secretaria de Turismo pronto comenzará su campaña para presidenta municipal de la ciudad de Oaxaca de Juárez y los demás precandidatos se disputarán las dos diputaciones locales de la ciudad. Por cierto, en la definición de la candidatura de la presidencia municipal oaxaqueña, se va a aplicar el mismo esquema de la decisión de la gobernación estatal: candidato de unidad, con reparto de posiciones para los grupos perdedores. Si ya dio buenos resultados en la grande, ¿por qué no habrá de funcionar en la elección menor?
Como se puede observar, el PRI se ha reconfigurado y dará la batalla en términos de unidad. Al menos, no tendrán enemigos visibles internos y los despechados del momento, poco a poco se irán incorporando a la campaña, en los reacomodos administrativos y políticos por venir.
Del otro lado, las posiciones también están definidas. El candidato opositor aporta capital político y también económico, en un entorno de divisiones tribales, que aflorarán cuando se hable del reparto de candidaturas de diputados plurinominales y algunas presidencias municipales. En realidad, su único problema es alcanzar la utopía de rebasar los ochocientos mil votos, que consideran haber obtenido en 2006. Alguien le vendió la idea al candidato y a sus amigos, que los votos lo obtuvo el senador Cué y se olvidan de la campaña mediática presidencial de López Obrador y la movilización radicalizada de los profesores de la Sección 22. Por cierto, uno de los coordinadores de la campaña priista se ha comenzado a reunir con los líderes más radicales del magisterio; no creo que ahí traten del hermoso clima prevaleciente o de revivir a la APPO, más bien, pienso que se está comprando la neutralidad electoral del magisterio oaxaqueño.
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 13 de marzo de 2010.
Al parecer, las cosas están acomodadas en la política estatal. El PRI y el PAN tienen candidatos definidos, que a partir del sábado inician su respectivas precampañas. No, no es un sentido esa afirmación, Ocurre que, como son precandidatos de unidad, no tienen oponentes internos en sus coaliciones, por lo que serán candidatos de sus respectivos partidos; las actividades que inician ahora, sólo servirán para alargar un mes más las campañas oficiales. También es ocioso aclarar que Gabino Cué es candidato panista, aunque formalmente milite en el Partido Convergencia por la Democracia; nada mejor para aclarar qué partido lo postuló, que el sainete armado con la renuncia al PAN del secretario de Gobernación, y los enredos de mentiras y aclaraciones de César Nava, el presidente del CEN del PAN, con los acuerdos firmados, e incumplidos, para no integrar alianzas electorales con el PRD en los estados.
En el PRI, las aguas volvieron a sus niveles de costumbre. Los dos principales ex precandidatos se han integrado a la campaña de Eviel Pérez Magaña: Adolfo Toledo, el anterior adelantado en las encuestas, asume la presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI y el actual presidente municipal, José Antonio Hernández Fraguas, será responsable de la campaña en los Valles Centrales. Sólo Jorge Franco ha mantenido, hasta el momento, su palabra de no levantarle la mano al candidato y únicamente apoyar con su solitario voto la campaña priista.
Si las cosas caminan como hasta hoy, la ex secretaria de Turismo pronto comenzará su campaña para presidenta municipal de la ciudad de Oaxaca de Juárez y los demás precandidatos se disputarán las dos diputaciones locales de la ciudad. Por cierto, en la definición de la candidatura de la presidencia municipal oaxaqueña, se va a aplicar el mismo esquema de la decisión de la gobernación estatal: candidato de unidad, con reparto de posiciones para los grupos perdedores. Si ya dio buenos resultados en la grande, ¿por qué no habrá de funcionar en la elección menor?
Como se puede observar, el PRI se ha reconfigurado y dará la batalla en términos de unidad. Al menos, no tendrán enemigos visibles internos y los despechados del momento, poco a poco se irán incorporando a la campaña, en los reacomodos administrativos y políticos por venir.
Del otro lado, las posiciones también están definidas. El candidato opositor aporta capital político y también económico, en un entorno de divisiones tribales, que aflorarán cuando se hable del reparto de candidaturas de diputados plurinominales y algunas presidencias municipales. En realidad, su único problema es alcanzar la utopía de rebasar los ochocientos mil votos, que consideran haber obtenido en 2006. Alguien le vendió la idea al candidato y a sus amigos, que los votos lo obtuvo el senador Cué y se olvidan de la campaña mediática presidencial de López Obrador y la movilización radicalizada de los profesores de la Sección 22. Por cierto, uno de los coordinadores de la campaña priista se ha comenzado a reunir con los líderes más radicales del magisterio; no creo que ahí traten del hermoso clima prevaleciente o de revivir a la APPO, más bien, pienso que se está comprando la neutralidad electoral del magisterio oaxaqueño.
Así, la oposición está partiendo mal en sus perspectivas electorales. Por el contrario, debían poner como meta inicial alcanzar la votación histórica de sus partidos y, como objetivo final, superarla. El voto duro priista difícilmente se mueve, salvo cuando la administración pública está ocupada en otros asuntos o le conviene dejar sólo a un candidato no bien recibido. Dudo mucho que, ahora, los oaxaqueños se lancen a la aventura del voto útil, ni creo que el gobierno juegue a perder. Sin conflictos internos y con un candidato afín, la maquinaria electoral priista avanzará como locomotora. En realidad, la coalición opositora difícilmente alcanzará su sueño y César Nava, junto con el verdadero jefe del PAN, comenzarán a pagar, en dolorosas cuotas, su inexperiencia política al no dejar concretar al secretario de Gobernación su proyecto de dividir al PRI oaxaqueño.