FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 21 de abril de 2010.
Para los amigos que ven al gobernador Ulises Ruiz en la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, dos noticias dadas a conocer la semana pasada debía ponerlos a pensar. Para comenzar, Joaquín López Dóriga dejó deslizar la intención de las altas esferas políticas priistas: el nombramiento de Emilio Gamboa como Secretario General de la CNOP, presumiblemente en julio de este año, para construir el andamiaje y alcanzar su verdadera aspiración: la presidencia priista.
La verdadera noticia de cómo se mueven las fuerzas políticas priistas la dio la toma de protesta del candidato a gobernador del estado de Veracruz. El viernes pasado, Javier Duarte protestó en un repleto estadio Heriberto Jara, con la presencia de la plana mayor de los dos partidos postulantes y doce gobernadores, entre ellos los de Nuevo León, Colima, Puebla, Durango, Tabasco, San Luis Potosí. El del estado de México, Enrique Peña Nieto, no asistió, pero envió al dirigente priista de su entidad. También acudieron Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa, el diputado Joel Ayala, dirigente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado y el dirigente del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps.
Esos dos hechos nos marcan, de inicio, lo que va a ser la sucesión en la presidencia nacional del PRI. Si el nombramiento del próximo presidente priista fuera, como ha sido en las últimas ocasiones, mediante la consulta a las bases, tengamos por seguro que Fidel Herrera Beltrán sería el candidato a vencer. No sólo tiene la fuerza de los votos del estado de Veracruz, sino también la simpatía y el apoyo de muchos otros gobernadores en funciones y, por supuesto, de los delfines que impulsan en el proceso de este año. Además, cuenta con otra importante aliada que, aunque sin pertenecer al PRI, puede jugar para allegarle los votos necesarios para su triunfo; hablo, claro, de la infaltable profesora Elba Esther Gordillo y sus huestes de mapaches electorales del SNTE, además de los fondos financieros casi inagotables de la tesorería sindical y del propio gobierno federal al que tiene acceso.
Contra esa fuerza, el gobernador oaxaqueño sólo podría oponer la dividida votación local, cuyos números porcentuales ya los conocimos en la encuesta de Milenio y que, si bien le da el triunfo a Eviel Pérez Magaña, lo hace en una votación dividida y por un mínimo porcentaje a su favor. La votación oaxaqueña no es totalmente priista, como parece serlo la veracruzana, que favorece al candidato tricolor con un ventaja de dos a uno, contra su más cercano oponente. Por lo demás, Fidel Herrera demostró su capacidad política al torpedear y deshacer la alianza opositora que se estaba conformado contra su protegido. Así, las finanzas ulicistas de la próxima campaña por el PRI sólo estarían basadas en lo que se pueda obtener de la tesorería estatal, la bolsa acumulada por sus funcionarios actuales, además de la posible de la tesorería municipal de Oaxaca de Juárez, si es que gana la candidata propuesta.
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 21 de abril de 2010.
Para los amigos que ven al gobernador Ulises Ruiz en la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, dos noticias dadas a conocer la semana pasada debía ponerlos a pensar. Para comenzar, Joaquín López Dóriga dejó deslizar la intención de las altas esferas políticas priistas: el nombramiento de Emilio Gamboa como Secretario General de la CNOP, presumiblemente en julio de este año, para construir el andamiaje y alcanzar su verdadera aspiración: la presidencia priista.
La verdadera noticia de cómo se mueven las fuerzas políticas priistas la dio la toma de protesta del candidato a gobernador del estado de Veracruz. El viernes pasado, Javier Duarte protestó en un repleto estadio Heriberto Jara, con la presencia de la plana mayor de los dos partidos postulantes y doce gobernadores, entre ellos los de Nuevo León, Colima, Puebla, Durango, Tabasco, San Luis Potosí. El del estado de México, Enrique Peña Nieto, no asistió, pero envió al dirigente priista de su entidad. También acudieron Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa, el diputado Joel Ayala, dirigente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado y el dirigente del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps.
Esos dos hechos nos marcan, de inicio, lo que va a ser la sucesión en la presidencia nacional del PRI. Si el nombramiento del próximo presidente priista fuera, como ha sido en las últimas ocasiones, mediante la consulta a las bases, tengamos por seguro que Fidel Herrera Beltrán sería el candidato a vencer. No sólo tiene la fuerza de los votos del estado de Veracruz, sino también la simpatía y el apoyo de muchos otros gobernadores en funciones y, por supuesto, de los delfines que impulsan en el proceso de este año. Además, cuenta con otra importante aliada que, aunque sin pertenecer al PRI, puede jugar para allegarle los votos necesarios para su triunfo; hablo, claro, de la infaltable profesora Elba Esther Gordillo y sus huestes de mapaches electorales del SNTE, además de los fondos financieros casi inagotables de la tesorería sindical y del propio gobierno federal al que tiene acceso.
Contra esa fuerza, el gobernador oaxaqueño sólo podría oponer la dividida votación local, cuyos números porcentuales ya los conocimos en la encuesta de Milenio y que, si bien le da el triunfo a Eviel Pérez Magaña, lo hace en una votación dividida y por un mínimo porcentaje a su favor. La votación oaxaqueña no es totalmente priista, como parece serlo la veracruzana, que favorece al candidato tricolor con un ventaja de dos a uno, contra su más cercano oponente. Por lo demás, Fidel Herrera demostró su capacidad política al torpedear y deshacer la alianza opositora que se estaba conformado contra su protegido. Así, las finanzas ulicistas de la próxima campaña por el PRI sólo estarían basadas en lo que se pueda obtener de la tesorería estatal, la bolsa acumulada por sus funcionarios actuales, además de la posible de la tesorería municipal de Oaxaca de Juárez, si es que gana la candidata propuesta.
La batalla por la presidencia priista va a ser difícil y cuesta arriba, por lo que se ve. Y, como dicen los encuestadores, si las elecciones internas partidistas fueran hoy, seguramente el triunfo lo tendría el gobernador veracruzano Fidel Herrera Beltrán. Así que más les vale a los oaxaqueños sacar adelante la candidatura de Eviel Pérez Magaña, porque el futuro en el PRI nacional está teñido de negros nubarrones.