26 de junio de 2010

ARROZ POLÍTICO

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 26 de junio de 2010.

“Este arroz ya se coció”, dice el dicho popular. Así parecen estar las doce elecciones estatales, donde el PRI va a obtener la mayoría y ¡carro completo!, como lo vaticinó recientemente Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador, los antaño gurúes de los “espurios” y los “legítimos”. Era un asunto anunciado desde fines del año pasado, a partir de la incapacidad administrativa de los panistas para gobernar al país y la crisis económica que no quisieron sortear beneficiando a las mayorías.

Ante la crisis política de la toma de protesta presidencial, los panistas resolvieron meter al país en una cruenta guerra contra el narcotráfico, sin un diagnóstico previo que les permitiera desenredar la madeja y golpear los puntos estratégicos. Quizá nadie supo explicarle a Felipe Calderón algo que todos los clásicos de la guerra, desde Sun Tzu hasta Napoleón, sabían: las guerras se ganan antes de comenzar las batallas, con el servicio de Inteligencia. Sin capacidad, el presidente se metió al zarzal de las bajas civiles, que demerita la imagen de las fuerzas armadas de todos los mexicanos.

Poco antes, el gobierno entró en la crisis económica, que si bien se originó en Estados Unidos, los neoliberales panistas demostraron incapacidad para enfrentarla como debía ser: sacando dinero de la bolsa de quienes lo tienen. Lo hicieron al revés, incrementando todos los impuestos posibles. Sacaron dinero de la bolsa de los trabajadores, para salvaguardar las cajas fuertes de los dueños de las empresas y los bancos. Quisieron tener un gobierno rico, a costa de un pueblo pobre, pensando, quizá, que con el reparto de las limosnas de Oportunidades, los pobres les iban a responder con votos. Jugaron mal. Quienes trabajan y los sin empleo, les van a cobrar caro la factura de los impuestos y los réditos, al parecer, van a llegar hasta el año 2012.

Por eso, los panistas se aventuraron a la alianza con sus tradicionales contrincantes. Unidos, “espurios” y “legítimos” quisieron revertir el probable triunfo priista de este año. Sin embargo, los resultados de las encuestas finales del proceso electoral nos están mostrando las verdaderas causas de la desesperación de la dirigencia panista, pero también del tamaño de los destrozos que pueden causar. Los resultados de las encuestas dados a conocer por dos de los principales medios de comunicación, el periódico Milenio y Televisa, hechos, a su vez, por Gabinete de Comunicación Estratégica y Consulta Mitofski, dan un claro y contundente triunfo al PRI en todas las elecciones estatales. Todas las estrellas de la derecha, desde Gabino Cué hasta Xóchitl Gálvez, se van a quedar con la frustración de la derrota. Todos los tránsfugas del PRI, de Rosas Aispuro hasta Mario López, van a saber que el cuento del dinosaurio está basado en la realidad del “voto duro” priista.

En Oaxaca, la tendencia electoral es cada vez más clara. Según las encuestas del periódico Milenio, en abril, al inicio de la campaña, Eviel Pérez Magaña tenía una ventaja de 5.3% sobre su competidor que llevaba 6 años de campaña por el gobierno estatal. La encuesta intermedia, de mayo, redujo la ventaja a 4.7%. La última encuesta, de ayer, muestra una ventaja del PRI de 8.3% de los votos. Si las elecciones fueran este domingo, Eviel obtendría 42.5% de los votos y Gabino el 34.2%. Otra encuesta, la de Consulta Mitofsky-Televisa, le da al PRI el 44% de los votos, contra 35% de la coalición panista-perredista.

Oaxaca, la cereza del pastel electoral, va a quedar en manos del PRI y, por los números de las encuestas, no va a dar pie para que César Nava y Jesús Ortega puedan litigar los resultados en el Tribunal Federal Electoral. El único problema es que, cerrada la posibilidad del triunfo por la estructura electoral y ante la imposibilidad de incidir en los resultados con la propaganda negra, los panistas suelten las riendas a las jaurías radicales de sus coyunturales aliados electorales. En estos días y los primeros después de las elecciones, los radicales contrarios al gobierno estatal van a intentar convencer a la derecha pragmática y a la “izquierda” institucionalizada que el único camino es ahogar, nuevamente, en llamas a la sociedad oaxaqueña. Para ellos, la derrota electoral será muestra palpable que al PRI sólo se le puede vencer con la violencia y la revuelta social.

Ése es el verdadero riesgo que los priistas deben enfrentar con serenidad, trabajo organizativo e imaginación creadora. Viene ahora el reto más difícil. ¿Cómo aterrizar los compromisos de la campaña política? ¿Qué políticas pública instrumentar para evitar, de nueva cuenta, la frustración social? Oaxaca requiere gobernanza, no solo gobernabilidad. Eso requiere de una visión de futuro, que unifique a todos en la búsqueda de una meta común. Es el siguiente reto de los priistas y los oaxaqueños en general.

23 de junio de 2010

FRENTES DE GUERRA ELECTORALES

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 23 de junio de 2010.

Ante el previsible descalabro electoral, la alianza de la derecha pragmática y la “izquierda” institucionalizada han abierto un segundo frente en las elecciones para gobernador.

En Oaxaca, hasta la semana pasada se mantenían en el tradicional esquema de atizar la hoguera de la confrontación. Comenzaron enviando a un alborotador, el “Alebrije”, a la conflictiva zona triqui; les dio buenos resultados: dos muertos y la atención nacional e internacional. Continuaron con la provocación magisterial, al aventarlos al tradicional plantón del zócalo oaxaqueño; pero, además, buscan provocar al gobierno estatal con los bloqueos del aeropuerto, cruceros, supermercados y bancos de la ciudad; la semana pasada, los profes estaban en la incertidumbre de la rebelión de los radicales por intervenir en las elecciones estatales o sólo aparentar la movilización, para ganar tiempo y posibilidades de futuro con el próximo gobernador.

A pesar del golpeteo político, las encuestas serias y las del gobierno federal no les son favorables, a sólo dos semanas de la elección. Sobre esa base se definió la siguiente escala electoral. Ya no se trata de contener la operación política del gobernador Ulises Ruiz. También se decidió ensuciar el proceso electoral y generar un entorno de violencia criminal y agitación social. La meta es clara: llegar al Tribunal Federal Electoral para intentar revertir los resultados o, en el mejor de los casos, argumentar la causal abstracta, para anular las elecciones. El gobierno federal se decidió por Antonio Solá, el asesor publicitario español de Felipe Calderón, para lanzar la campaña negra y olvidarse de la estructura electoral.

En Oaxaca esto se traduce en muertos. En San Agustín Etla, hubo un enfrentamiento con un muerto y varios heridos. En San José del Progreso, Ocotlán mueren dos personas y hay cuatro heridos. El conflicto agrario entre Ixcatlán y Chalcatongo vuelve a producir un muerto más. En todos los casos, siempre hay un hilo conductor que llega hasta la estructura de la APPO, los radicales de la sección 22 y la iglesia católica, en su sección de la Comisión Diocesana de Justicia y Paz, y sus centros de derechos humanos.

La campaña mediática la abrió Aurora López Acevedo, con su improbada denuncia de secuestro y un demencial delito que no puede definir como abuso sexual o violación. En paralelo, el gobierno federal, a través de César Nava, difundió conversaciones telefónicas del gobernador oaxaqueño con dirigentes de la campaña y las instituciones electorales.

Frente a todos los ataques, se observa a un gobierno estatal paralizado y sin iniciativa para revertir los ataques mediáticos. La razón es clara: la mayor parte del gabinete estatal siempre estuvo integrado por ineptos e incapaces, buenos para los negocios, pero malos para la política y la administración. Los segundones, muchos de ellos militaron en la oposición y ahora tienen una vela encendida en el santuario de la Paz y el Progreso.

Para la fortuna del gobierno estatal y la candidatura priista, Oaxaca tiene un buen caudal de voto duro. Esos mismos electores a quienes han despreciado los garúes de la campaña priista, llegándolos a definir como “municipios no rentables electoralmente”, aunque al final los van a llevar al triunfo. Por cierto, después, los mariscales derrotados en todas las campañas donde han tenido la responsabilidad directa, se habrán de deshacer en halagos de autocomplacencia, para apropiarse del triunfo del voto duro oaxaqueño.

21 de junio de 2010

PRAGMATISMO IZQUIERDISTA

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 19 de junio de 2010.

Cada vez es más clara la debacle electoral de la coalición de la derecha pragmática y la “izquierda” institucionalizada. No hay puerta que abran, que lleve un haz con luz de triunfo en los procesos electorales por las gubernaturas estatales. Desde un principio, los panistas cometieron el error de aliarse con lo más débil y nocivo de la burocracia perredista. El amarre no comenzó en estos procesos estatales. Este proceso sí fue una política de Estado, donde intervinieron, por lo menos, dos poderes de la Federación.

Todo comenzó cuando Jesús Ortega decidió competir, por cuarta ocasión, por la presidencia del CEN del PRD, contra Alejandro Encinas, un viejo ex comunista y candidato de López Obrador para el mismo cargo. Parecía ser una lucha entre corrientes encontradas del perredismo, por el control interno del partido. En ese lance, los panistas comprendieron el lado oscuro del candidato de los “Chuchos”. No era un militante de la izquierda comunista o vinculado a los grupos antaño guerrilleros; tampoco lo era del priismo socialdemócrata o nacionalista-revolucionario. Jesús había militado en las organizaciones surgidas a propósito de luchas intestinas y sólo con miras en las prerrogativas partidistas o en los cargos de elección popular.

Su última estación fue el Partido Socialista de los Trabajadores, una organización que ni era de izquierda ni representaba una fuerza social o política real, pero tenía la mala fama de ser esquirol de la política priista de la época. Ahí, Rafael Aguilar Talamantes lo hizo secretario general y le dio una diputación. Pero su líder tenía fama de ser un traidor de toda la izquierda y un aguerrido luchador de causas personales, experto en invadir propiedades privadas y luego chantajear a sus dueños para que se las liberara. Para salvar la cara, decidió integrarse en la fundación del Partido Mexicano Socialista y entró en el proceso de la nominación de Heberto Castillo como su precandidato a la presidencia, para las elecciones de 1988. Poco después, junto con el PARM, el PFCRN, el PPS y otras pequeñas organizaciones, apoyaron la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas como el candidato de la izquierda unificada. Así entró Jesús Ortega al lavatorio de pecados juveniles en que se convirtió el PRD, pero también llegó con el pie derecho: cobraba nuevamente como diputado federal. Era, es, pues, un pragmático del recurso económico público. Eso lo entendieron los panistas del gobierno federal y apostaron por él.

Lo demás es cosa pública. Volvió a perder las elecciones internas de su partido, pero supo argumentar legalmente la validez de su triunfo. Sus contrarios quisieron demostrar que ganó en casillas con votaciones fantásticas, donde triplicaban o cuadruplicaban el número de votantes reconocidos oficialmente en las listas electorales del IFE. No hubo ningún argumento que lo convenciera para pactar con sus contrincantes. Todo lo apostó a la controversia legal y el asunto llegó a manos del Tribunal Federal Electoral. Como era de esperarse, ahí obtuvo la victoria, con una sentencia irrevocable.

Inmediatamente comenzó a tejer la cercanía con empresarios del Distrito Federal y Monterrey, para presentarse como la izquierda democrática y parlamentaria. A principios de este año, supimos, con sorpresa, que la verdadera estrategia era olvidarse de la ideología, para seguir su viejo juego del pragmatismo electoral. En ese entonces, anunciaron, con bombos y platillos, la extraña alianza del PAN y el PRD, dos supuestos partidos antagónicos, uno de la derecha política y el otro de la supuesta izquierda mexicana.

Desde entonces, el PRD ha ido de tumbo en tumbo. Sin estructura electoral, se abrazó de las delegaciones federales dirigidas por panistas para hacer proselitismo electoral; sin candidatos con presencia social, recogió a los perdedores de las contiendas internas priistas y a los propuestos por los panistas. Para su mala suerte, el candidato propio, en Quintana Roo, le resultó un pillo de siete suelas, acusado por el gobierno federal de delincuencia organizada, lavado de dinero y tráfico de indocumentados.

Las encuestas serias, el principal dirigente de la izquierda opositora y el líder moral de la derecha partidista han insistido, en los últimos días, en la inminente derrota de la coalición derecha panista-izquierda perredista. Tanto López Obrador como Vicente Fox han vaticinado el carro completo para las coaliciones priistas. Ambos coinciden en que el principal error es el abandono de la ideología, en aras del pragmatismo electoral. Ambos apuntan hacia la cabeza de los principales líderes de la alianza antinatural. Quizá por eso, en la panista presidencia de la República se han prendido los focos de alarma y ahora echan mano de la propaganda negra. Jesús Ortega ha dejado de servirles. Ahora enfocan hacia Goebbels y el viejo adagio: una gran mentira, repetida muchas veces, se convierte en una pequeña verdad.

17 de junio de 2010

DERROTA ASUMIDA

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 16 de junio de 2010.

En poco más de dos semanas habrá de comenzar la pesadilla para los dirigentes de la coalición de la derecha con la ahora “izquierda” institucionalizada. Desde ahora, amigos y enemigos le están augurando una estrepitosa derrota y preparan la noche de los cuchillos largos, en los comités ejecutivos nacionales del PRD y el PAN.

Hace unos días, Vicente Fox declaró que perderían todas las elecciones. El fin de semana, López Obrador adelantó su marcador: la coalición se irá en blanco y el PRI tendrá carro completo. También aclaró que no se visualiza en los mítines políticos de la próxima campaña presidencial, sentado junto a los líderes panistas. Al menos, ratificó su congruencia ideológica, algo que les ha faltado a mis varios amigos perredistas en esta contienda electoral.

Con ese entorno, los delegados nacionales de los partidos coaligados, en Oaxaca, se están “curando en salud”, tratando de presentar una campaña gubernamental para hacer ganar a Eviel Pérez Magaña. Junto con ellos, la dirigencia política de la coalición ha armado una campaña de provocación, para mostrar la imagen de un gobierno represor.

“El Alebrije” fue el encargado de iniciar la ofensiva en las turbulentas aldeas triquis. Le siguió inmediatamente Alejandro Encinas, el candidato perdedor de López Obrador para dirigir el PRD nacional, tratando de agitar más las aguas cenagosas. Luego vinieron los bloqueos magisteriales de los cruceros, bancos, supermercados y la ocupación del zócalo de Oaxaca. Los radicales del magisterio-APPO y el PRD han detenido funcionarios públicos y, con golpes y amenazas, les han hecho confesar supuestos delitos electorales; ellos mismos han bajado y quemado la propaganda electoral del PRI, y han apedreado algunas casas que lucen las banderolas priistas. La última acción, ha sido adjudicarle al gobierno estatal la autoría de un supuesto secuestro y una violación atípica de Aurora López.

Por cierto, no sé desde cuando Abraham Martínez Alavez y sus enemigos en la Facultad de Derecho de la UABJO son priistas. Hasta donde conozco, ahí se disputan el control grupos porriles contrarios al gobierno. La gran confusión comienza porque, algunos de ellos, cobran como empleados de funcionarios públicos estatales. El enredo es más por la falta de pericia administrativa de la cúpula gubernamental estatal, lo que aprovecha la coalición opositora para adjudicarle otro conflicto, en donde, realmente, están inmiscuidos sus propios militantes.

Como se ve, la oposición trata de configurar un entorno para justificar las famosas condiciones abstractas para anular los resultados electorales. No están creando condiciones para ganar las elecciones. No están conformando una estructura electoral para triunfar; tampoco buscan legitimar al Instituto Estatal Electoral como garante de su hipotético triunfo electoral. La coalición opositora está partiendo de la premisa de una segura derrota y, por eso, está construyendo las condiciones para litigar en el Tribunal Federal Electoral un iluso cambio de resultados electorales. No se visualizan triunfadores, desde ahora se asumen perdedores.

Bajo esas condiciones, es obvio que todos le auguren un rotundo fracaso al espeluznante matrimonio de la derecha con la “izquierda” institucionalizada. La coalición siempre fue una verdadera lástima por la memoria de los luchadores sociales del siglo XX y es una aberración para la derecha militante. Por eso, el resultado que van a obtener será el abandono de las urnas y la masacre electoral. Que lástima por la ideología.

10 de junio de 2010

PERREDISMO

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 9 de junio de 2010.

El PRD nació como un proyecto para unificar a la izquierda y pelear por el poder. Se formó bajo los signos de la adversidad, pero también de la ilusión. En ese entonces, en la década de los 80, el principal partido de izquierda, el PSUM heredero del Partido Comunista, había logrado el reconocimiento oficial, tenía presencia en la Cámara de Diputados Federal y la COCEI gobernaba en su nombre en el municipio de Juchitán, Oaxaca; se juntaron con ellos, el ala izquierda del PRI: Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Navarrete, entre los principales, para fundar el Partido de la Revolución Democrática.

Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador, la lucha por los principios se transfiguró en la lucha personal por el poder. Andrés Manuel llevó al PRD los peores vicios del trasnochado priismo caciquil. El mesianismo tropical, le ha llamado la derecha, para definir un estilo político, donde el líder decide y todo se le perdona, incluso la corrupción ejercida por sus subalternos, como lo fue René Bejarano, el “Señor de la ligas”.

El paso siguiente fue un cuestionado triunfo de Jesús Ortega, amparado por una resolución judicial, muchos dicen que con la bendición presidencial. Cualquier duda que pudo suscitarse se desvaneció, cuando, poco después, se anunció la controversial alianza entre el supuesto partido de la “izquierda” opositora con el de la derecha en el poder, contra el partido de centro opositor. No solo eran aliados el PRD “chuchista” y el PAN calderonista, también ahora nos muestran que son secuaces, Jesús Ortega y César Nava, en la defensa de “Greg” Sánchez.

Ya en enfilados en el tobogán del desfiguro ideológico, el perredismo se olvidó de cuidar las formas elementales de la política. En Quintana Roo, sin posibilidad de la ruptura priista, se abrazaron a un verdadero malviviente de la política, quien, de lumpenproletario pasó a las filas del perredismo redentor: de músico a evangelizador, de presidente municipal perredista de Benito Juárez-Can Cun a candidato a gobernador. Nadie de la dirigencia perredista se preocupó por indagar los antecedentes propios y familiares del candidato Gregorio Sánchez Martínez.

Tuvo una infancia precaria, en su natal Guerrero. Dice ser ingeniero, pero no muestra documentos oficiales. Algunos de sus familiares tienen no muy claros antecedentes. En 2004, fueron detenidos en Chiapas su hermana Magdalena Sánchez Martínez y su esposo Carlos Gasca, acusados de lavado de dinero de más de 300 mil dólares, cuyo origen no pudieron explicar. Poco después, se vincula a “Greg” con el intento de homicidio de su jefe de seguridad, Hugo Hernández. Según la policía, quien planeó el ataque fue su hermano Antonio, quien cuenta con una orden de aprehensión en el estado de Chiapas por los delitos de robo calificado y daños calificados en el juzgado mixto de Chiapas de Corzo.

En 2006, sus dos hermanos, Daniel y David Enrique Sánchez Martínez fueron detenidos por el Ejército y la Policía Federal, por estar relacionados con el narcotráfico. Feliciano Sánchez Martínez, otro de sus hermanos, está internado en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, donde se dedicaba a los secuestros. Además, Feliciano purgó otra sentencia de ocho años en el Reclusorio Oriente de 1989 a 1997, por posesión de 700 kilogramos de marihuana y trafico de vales de gasolina robados.

De acuerdo con el resolutivo del juez segundo de Distrito, en Nayarit, “Greg”, el candidato perredista de Quintana Roo, es probable responsable del delito de delincuencia organizada, en la hipótesis de ilícitos contra la salud y tráfico de indocumentados. Hasta dónde llegó el pragmatismo del perredismo de Jesús Ortega.

5 de junio de 2010

EVIEL Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 5 de junio de 2010.

El 3 de junio pasado, acudí al foro “Fortaleza Social: Desarrollo Humano Digno”. Dos cosas me llamaron la atención y me reconfortaron. Primero, todos los ponentes fueron claros en la necesidad de cambiar el esquema asistencial para combatir la pobreza y la marginación; y, segundo, el compromiso del candidato priista, Eviel Pérez Magaña, para poner en el centro de su política de desarrollo a las comunidades, basándose en sus relaciones de solidaridad y reciprocidad.

No es un enfoque nuevo, pero sí una nueva visión gubernamental para impulsar el proceso de desarrollo, en un estado donde el 87% de la tierra se encuentra en manos de las comunidades agrarias y los ejidos. Casi el 90% de los bosques, todos los ríos, lagunas, esteros, y los minerales metálicos y no metálicos, están en esas tierras. Por si fuera poco, tres cuartas partes de los municipios se rigen bajo el sistema de usos y costumbres, es decir, donde la administración pública es vista como un servicio a la comunidad y no como un empleo disputado y muy bien pagado.

A pesar de esta realidad tan clara y contundente, los planeadores del desarrollo gubernamental han insistido, desde hace 30 años, en la peregrina idea de impulsar la gran empresa privada, como meta y fin de toda la política de desarrollo gubernamental. Los resultados han sido también muy precisos: de 14 grandes empresas que existían hace 30 años, hoy solo quedan 5; en ese mismo lapso de tiempo, solo se ha instalado una nueva empresa grande en territorio oaxaqueño. La pobreza y la marginación muy poco han cambiado. Se han maquillado los índices, pero la gente sigue casi igual de pobre o marginada.

Por eso fue agradable escuchar al candidato priista retomar las propuestas que los 32 ponentes expusieron durante todo ese largo día, para poner en el centro de su política económica y social las relaciones comunitarias, para impulsar proyectos productivos comunales y sociales como base para alcanzar mejores niveles de bienestar familiares. En la nueva política de su gobierno, dice, el individualismo y el asistencialismo van a ser revisados y sustituidos.

Pero lo mejor del Foro fue que las conclusiones las rubricó con su firma, estableciendo un firme compromiso para que, después de su triunfo electoral, a partir del 5 de julio, inicie otro recorrido por la entidad, para ratificar, con un notario público, lo que ese día comprometió.

Entre otros puntos que después comentaré, copio los compromisos establecidos en Ixtlán de Juárez:

“1.- Fomentar esquemas de organización basados en la solidaridad y la reciprocidad, para promover empresas comunitarias y sociales que generen empleo e incrementen los niveles de bienestar de las familias.
“2.- Impulsar el fomento de las actividades agropecuarias para que, además de atender el autoconsumo en las regiones marginadas, generen excedentes para el mercado local.
“3.- Impulsar la creación de la Secretaría de Desarrollo Social como herramienta fundamental para superar la pobreza y la marginación en nuestro estado. Misma que será el órgano rector de la política social de mi gobierno.
“4.- Instrumentar un programa piloto de las incubadoras del desarrollo beneficiando, en la primera fase del proyecto, a 40 municipios con muy alta marginación, 15 con alta marginación y 10 con media marginación. Con esta estrategia, regulada por un organismo en el que haya participación ciudadana, focalizaremos y concentraremos las acciones actuales, así como las nuevas políticas que se instrumenten en mi gobierno. De igual manera, alinearemos los programas existentes en todos los órdenes de gobierno, para atender de manera prioritaria estos municipios.
“5.- Establecer una sociedad financiera comunitaria para el desarrollo local, destinada a proporcionar financiamientos para actividades productivas.
“6.- En un esfuerzo conjunto con la iniciativa privada, organismos no gubernamentales, sociedad civil y los tres niveles de gobierno, implementar un programa de vivienda social que atienda el rezago en zonas urbanas y rurales.”

Para mis amigos, que critican al gobierno actual, creo que los resultados de este Foro pueden ser un buen aliciente para los próximos seis años de gobierno. Cierto que faltará concretar estas propuestas, pero ahí será fundamental la voluntad de las comunidades y la participación de la gente, como los ponentes de este Foro, para aportar su esfuerzo y su imaginación creadora, para establecer un equipo de trabajo que aterrice en políticas públicas, reales y medibles, esta nueva visión gubernamental. Ése es el reto, pero también el compromiso.