27 de octubre de 2010

BETO PAZOS


FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 27 de octubre de 2010.

Supe de Heriberto Pazos, allá por los ahora lejanos días de 1981. En ese entonces, el gobernador Pedro Vásquez Colmenares dio la orden de efectuar un plebiscito en la agencia municipal de San Juan Copala, para definir quien se hacía cargo de ella. Con esa indicación, se daba pie a la derrota de Martín Anacleto, calificado por el MULT como el principal cacique y provocador de la zona.

En ese entonces, era el principal asesor del MULT Héctor Sánchez López, quien venía de una negociación triunfante en la lejana Juchitán, donde, de común acuerdo con Pedro Vásquez Colmenares, se desconoció la elección del presidente municipal, don Julio Gómez López, y, en una segunda vuelta, amañada y manejada directamente por simpatizantes de la COCEI, lograron el triunfo del autodenominado Ayuntamiento Popular de Juchitán. La misma receta pensaban aplicar en Copala.

Contra la actitud entreguista de Vásquez Colmenares, surgió la radical oposición de lo que después conoceríamos como la UBISORT. Así comenzó una época de conflictos y enfrentamientos radicales, en donde la fiesta de las balas es la característica esencial y las discusiones políticas se resuelven con plomo, dejando una estela de sangre y muerte.

En su calidad de líder político, no volví a verlo, porque sus negociaciones se manejaron siempre en el área política del gobierno estatal. Allá donde no se requieren expedientes técnicos para recibir recursos gubernamentales, ni se comprueban y, muchas veces, ni siquiera se ejecutan las obras físicas y la dádiva económica se reparte a discreción y de acuerdo al humor de los dirigentes. Con el amigo platiqué muchas veces, pero como vecinos, como cuando yo era estudiante.

A principio de la década de los 90, los líderes de la zona triqui desconocieron la interlocución del gobierno estatal. Los del MULT acusaban al delegado de Gobierno de estar a favor de la UBISORT y, los de ésta, de apoyar al MULT. Un día, ya muy avanzada la tarde, llegué solo y de improviso a San Juan Copala, y me dirigí a casa de los principales líderes de las organizaciones. En ese entonces, vivían en la agencia municipal, uno en el lado norte y otro en el sur, casi de manera equidistante. Amparado en el privilegio indígena del visitante, tuve con ellos varios acuerdos: la remoción del delegado de Gobierno; el nombramiento del nuevo, sin nexos políticos en la zona y de mi personal confianza; y el envío de un destacamento de la policía preventiva para permanecer en la Agencia.

Nunca hablé del acuerdo con Beto Pazos, tampoco me buscó. El trato fue con los líderes locales y, el lunes siguiente, personalmente acudí a darle posesión al nuevo delegado de Gobierno. El acuerdo se respetó hasta dos sexenios después. En la administración pasada, el MULT se convirtió en partido político. Se autoamordazó la careta de la defensa indígena y pasó a formar parte del pragmatismo político.

Treinta años después de aquella noche en que supe de la existencia del MULT, mucha sangre y muchos muertos más tarde, los triquis siguen casi en la misma situación de entonces. En el nombre de la etnia se han repartido cientos de millones de pesos, pero ellos siguen siendo pobres y miserables, su pueblo se ha despoblado, apareció el MULTI y también la mano de la iglesia militante. Ahora, Heriberto Pazos está muerto. Lo más seguro es que nunca se castigue a los culpables.

Un comentario me hicieron, en aquel entonces en San Juan Copala. Nunca se me ha olvidado. Cuando les pregunté por qué utilizaban balas de calibre .22, la respuesta fue: “Porque la .22 no se detiene, Licenciado. Cuando entra, camina y camina… hasta que el paisano muere…”