27 de noviembre de 2010

PLANEACIÓN PSICÓTICA

Aunque la psicosis es un término genérico utilizado en psicología, bien puede utilizarse para referirse al proceso de planeación efectuado en el estado de Oaxaca, desde principio de la década de los 80. En esa rama de la ciencia, se utiliza para referirse a un estado mental descrito como una pérdida de contacto con la realidad. Es ésa, precisamente, la situación de los gobiernos estatales, pues en sus planes de desarrollo elaboran un diagnóstico muy realista, mostrando el grado de atraso y marginación de la entidad en sus diferentes áreas, y, sin embargo, cuando se plantean los objetivos, las estrategias, políticas y líneas de acción, dejan de referirse a esa realidad, para plantear otra totalmente diferente. En la práctica, aquí se repite esa vieja costumbre de no ver la realidad social, con tal de intentar aplicar las recetas y las reglas de las teorías importadas de sociedades diferentes.

Según los expertos, los sicóticos pueden presentar alucinaciones o delirios y pueden exhibir cambios en su personalidad y pensamiento desorganizado. Nada mejor para describir la actuación gubernamental oaxaqueña, al plantear como objetivo y fin un proceso de crecimiento económico basado en la empresa privada y su vinculación con todas las áreas de la sociedad para impulsar un desarrollo económico basado en la apropiación privada de los excedentes, a partir del incremento de la productividad y la competitividad en el mercado de esas empresas privadas, cuando ellos mismos, en sus diagnósticos, reconocen la inexistencia de las estructuras de propiedad y de organización necesarias para impulsar el proceso de acumulación y desarrollo clásico del capitalismo. Esta situación ha llevado a un choque cultural y económico donde, ni se consolida la forma tradicional de organización, ni logran aclimatar la propuesta nacional del desarrollo empresarial privado, impulsada desde las instancias del gobierno federal.

En la mayor parte del territorio estatal, la gente vive en un entorno de comunidades solidarias, pero el gobierno no asume esa realidad social y propone un desarrollo basado en una completa irrealidad social. En lugar de considerar las condiciones reales en que se desenvuelven los oaxaqueños, consolidar e impulsar las fortalezas de esas sociedad solidarias y comunitarias, inyectar recursos a sus proyectos y procesos de desarrollo económico, fortificar la cultura de solidaridad social, promover la visión de la administración pública como servicio comunitario e impulsar el manejo y el conocimiento de las técnicas empresariales para el incremento de la productividad y el crecimiento económico, los gobiernos estatales impulsan y promueven una visión de desarrollo basada en la empresa privada, a partir de los planteamientos y las estrategias de desarrollo marcados por el gobierno federal, cuyos planes de desarrollo están basados en organizaciones y entornos sociales diferentes a los oaxaqueños.

Ésa es la causa y razón fundamental por la que, durante casi 30 años, los gobiernos estatales de Oaxaca han invertido multimillonarias sumas de dinero en procesos que identifican como desarrollo y cuyos únicos resultados han sido el mantenimiento y el incremento de la desigualdad, la pobreza, la miseria y la marginación social.

En la realidad, con este proceso de planificación psicótica, los gobiernos estatales han metido a las comunidades locales en un proceso de choque cultural. Mientras los habitantes de las localidades se desempeñan en entornos solidarios, en propiedades colectivas y basan sus relaciones cotidianas en la cooperación y la solidaridad, los gobiernos estatales los inducen a tener un comportamiento totalmente diferente, en mucho basado a lo que J. M. Keynes alguna vez sintetizaba como el egoísmo, la avaricia y la usura, esa triada base del sistema de la apropiación privada de los excedentes.

Los gobiernos estatal y federal, ni permiten la consolidación de las bases comunitarias de la organización económica y social de las comunidades, ni tampoco ha logrado hacer que estos pueblos se apropien de la ideología del interés, como medio de convivencia cotidiana. En ese choque de culturas, los oaxaqueños han caído en el círculo vicioso de la falta de apoyos y recursos, improductividad de sus tierras y empresas, pérdida de empleos, constante y creciente migración, pobreza y marginación, cerrazón ante el cambio y la innovación, retiro de apoyos y falta de recursos económicos.

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 27 de noviembre de 2010.

25 de noviembre de 2010

NUEVO GOBIERNO OAXAQUEÑO

Bien hace el gobernador electo, Gabino Cué, al negar cualquier pacto de impunidad con el gobierno saliente, pero muy mal se están viendo algunos de sus acompañantes, con sus prisas y propuestas equivocadas desde principio.

Hay todo un clamor entre los comunicadores y la sociedad oaxaqueña, para revisar minuciosamente el ejercicio administrativo de los funcionarios salientes. No es gratuita la demanda. Fue muy notorio el rápido enriquecimiento de los Hombres del Poder. Muchos de ellos pasaron de “carga maletas” a verdaderos potentados en bienes raíces; otros más están envueltos en líos judiciales, por su cercanía con la “delincuencia de cuello blanco”, como se conoce a quienes comenten delitos financieros. Es la jactancia de la riqueza y el cinismo de su proclamación, lo que induce a la sociedad a exigir castigo para quienes delinquieron. Por eso, la actitud del próximo gobernante está en lo correcto, al anunciar que “un gobierno no tiene porque promover la impunidad…pero sin llegar a ser faccioso porque no quiero utilizar el poder para lastimar a nadie”. (Tiempo, 23/XI/2010)

Fue una verdadera lástima que la administración saliente diera la orden de no entregar ningún documento a la nueva administración, sino hasta el día primero de diciembre, como también lo denunció Gabino Cué. La indicación, que pudo haber sido un prurito legal, deja la idea de una trampa jurídica, para tratar de esconder las tropelías cometidas. El hecho de entregar la documentación, hasta el primer día del ejercicio del nuevo gobierno, obligará a muchos de los actuales funcionarios a permanecer en Oaxaca, a la vista de la gente y al alcance de la ley. Así, la disposición “de la Superioridad” se va a convertir en una trampa, que entregará a los más débiles a las fauces de la jauría mediática.

A las buenas intenciones del gobernador entrante, comienzan a sucederse las torpezas de las prisas por la rebatinga de poder. Ayer se presentó, pomposamente, un “Programa Preliminar de Gobierno”. Por lo que pudimos leer en los boletines de prensa, se trata de un informe de lo que recopiló la Coordinación de Planeación Democrática y Participativa del gobierno electo. Ahí se trazan líneas generales, para ser consideradas en el Plan Estatal de Desarrollo. Aquí comienzan los problemas. Un programa, según la Real Academia de la Lengua Española, es una “serie ordenada de operaciones necesarias para llevar a cabo un proyecto”, mientras que un plan es un “modelo sistemático de una actuación pública o privada, que se elabora anticipadamente para dirigirla y encauzarla”. En buen español, ya no digamos en el lenguaje técnico de la planificación, primero está el plan y luego los programas. Un plan establece líneas generales de acción, el programa desmenuza todos los ingredientes necesarios, en los tiempos requeridos para concretar el plan.

Así, pues, los coordinadores de la Planeación Democrática, tienen un pequeño error conceptual, para comprender qué están haciendo y qué le están proponiendo al próximo gobernador. Éste fue uno de los grandes problemas de los regímenes priistas: la improvisación en el ejercicio de la administración pública. Los resultados han sido dramáticos, en términos de resultados sociales: pobreza y marginación creciente, que propiciaron la falta de gobernanza. Ojalá que el nuevo gobierno no comience con la misma dinámica de la simulación académica y la improvisación administrativa.

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 24 de noviembre de 2010.

21 de noviembre de 2010

PLANEACIÓN OAXAQUEÑA FANTASIOSA

Hasta hoy, los gobiernos estatales no terminan de comprender que el desarrollo empresarial privado, propuesto por el gobierno federal, puede funcionar de la zona Centro hacia el Norte del país, donde la propiedad privada de la tierra y los ejidos son la forma de propiedad predominante. Mientras en Oaxaca, el 73% de las tierras son de propiedad comunal, a nivel nacional, el 84% de las tierras son ejidales y sólo un 16% son de propiedad comunal.

Esa incomprensión de la realidad estatal ha permitido que, todos los planes de desarrollo, insistan en la necesidad de incrementar la productividad económica, identificándola con la industrialización y la tecnificación, a partir de la empresa privada. Con mayor o menor énfasis, todos los gobiernos estatales insisten en este modelo de crecimiento económico. Las tres décadas transcurridas, dando por resultado constantes y permanentes bajos índices de desarrollo, no han sido suficiente para obligarlos a hacer un alto en la dinámica de caída permanente, para meditar sobre las causas de la persistencia de la pobreza, la marginación y la desigualdad en Oaxaca. Si así lo hicieran, se percatarían que los diagnósticos de los planes estatales muestran con claridad el principal origen del círculo vicioso del atraso económico, la pobreza de la población y la inestabilidad política y social: lo que se hace es una planeación del desarrollo basada en una irrealidad.

A pesar de la precisión de los diagnósticos, estableciendo una sociedad basada en la solidaridad y la reciprocidad, a la hora de plantear los objetivos de crecimiento económico, el incremento de la productividad, la necesidad de la industrialización del estado y el requerimiento de nuevas tecnologías, los gobiernos estatales impulsan el fomento y la consolidación de las empresas privadas, porque consideran que sólo ellas, y los procesos económicos que generan, pueden incrementar la productividad, la eficacia y la eficiencia en el proceso de transformación de la materia prima, generar manufacturas con alto valor agregado y mejores precios en el mercado, crear más empleos y mejores niveles salariales, además del ahorro personal y colectivo, generando también ingresos a la tesorería del gobierno, en procesos sucesivos para convertir la riqueza individual en riqueza social, mejorando los niveles de bienestar para la población en general, especialmente para los trabajadores de esas factorías con tecnología de punta y eficientemente productivas.

Así, la mayor parte de las políticas públicas planteadas están enfocadas a la creación de una sociedad sana físicamente, para poder rendir mejor en las empresas privadas; más y mejor educadas, para ser una mano de obra eficaz y eficiente; se buscan mejores sistemas de infraestructura social, para permitirle a las empresas instalarse en entornos favorables y poder comercializar óptimamente sus productos; una sociedad democrática, en donde las diferencias se diriman en los entornos institucionales, evitando los conflictos sociales que tensan las relaciones sociales e inducen a la confrontación social, con los resultados de movilizaciones, bloqueos de caminos y carreteras, y la inactividad económica y social, que dañan las ganancias. Por último, una administración pública moderna y eficiente, para optimizar los escasos recursos económicos, a fin de crear las mejores condiciones para el desarrollo empresarial y otorgar los mejores servicios para crear un entorno de mayor atractividad para la inversión privada foránea, aunque también es cierto que los pueblos salen ganando, porque también se les brindan la infraestructura social para incorporarse a ese proceso de crecimiento económico.

Así, aunque la sociedad oaxaqueña se basa en la propiedad colectiva de los recursos naturales, y su organización social y comunitaria impulsa la apropiación colectiva de excedentes, la planificación del desarrollo de los gobiernos estatales busca crear las mejores condiciones para la creación y consolidación de las empresas privadas, basadas en la apropiación privada de los excedentes, buscando una mayor acumulación de capital que permita, en un momento determinado, el rebosamiento de la riqueza individual e induzca a los empresarios privados a invertir en empresas cada vez más modernas y con mejores niveles salariales, para alcanzar las metas del desarrollo propuestas, con los diferentes adjetivos establecidos en cada uno de los planes: desarrollo moderno, desarrollo integral o desarrollo sustentable, en el último. Todos los gobiernos se han olvidado de las empresas sociales o cooperativas. Son el tabú y casi encarnan la maldición bíblica.

Ésa es la planeación psicótica del desarrollo estatal oaxaqueño. Una planeación de ilusos, cuyos resultados son la creciente emigración, pueblos fantasmas, sueldos miserables que apenas alcanzan para sobrevivir, falta de iniciativa empresarial, pobreza y marginación generalizada, incremento de la delincuencia y una permanente situación de inestabilidad y conflicto social.

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 20 de noviembre de 2010.

17 de noviembre de 2010

NUEVOS TIEMPOS OAXAQUEÑOS

La entrega del último informe de gobierno marcó los nuevos tiempos para Oaxaca. No sólo porque el actual Gobernador se marcha, sino por la actitud de muchos diputados. De entrada, la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara dio un claro mensaje. También, el coordinador de los diputados perredistas asentó el verdadero lugar en que deja el gobierno saliente al estado, en la tabla del desarrollo nacional.

Doña Eufrosina, la presidenta de la Cámara, pudo quedarse callada y cumplir con el requisito constitucional. Afortunadamente no lo hizo y fue contundente. Fue dura contra el gobernador saliente, a quien le dijo que no era “…hombre digno, no es democrático, no es juarista y no ama a Oaxaca”, porque, para serlo, es necesario dialogar, rendir cuentas, reconocer la pluralidad, respetar la división de poderes y comparecer ante el Poder Legislativo. Nada de eso, dejó entrever la diputada, lo cumplió el actual titular del Ejecutivo.

También le deja una pesada carga al gobernador entrante. Reconocer la pluralidad y respetar la división de poderes, es un mensaje entrelíneas, previendo la ruptura que puede venir, a raíz de los ya próximos comicios federales. La Comadrita, como dice nuestro amigo Juan Diego, ha dejado en claro que ser candidata ciudadana es también una línea de definición partidista. Nos lo enseñó Santiago Creel y Alonso Lujambio, quienes llegaron a consejeros del IFE bajo la bandera de la candidatura ciudadana, después fueron diputados y luego funcionarios panistas. El posicionamiento de la Presidenta, no lo dudo, es el de su partido, aunque, obviamente, lo comparten todos los diputados de la próxima coalición gobernante.

Sabiendo que al día siguiente, el gobernador saliente emitiría un mensaje, obviamente basado en la campaña publicitaria desplegada en los últimos días, el coordinador de la bancada perredista, Carol Altamirano Toledo, mostró el verdadero rostro del Oaxaca empobrecido y miserable. “La entidad ocupa el último lugar en indicadores de salud y educación a nivel nacional… Tenemos el deshonroso primer lugar de muertes de mujeres durante el parto, además, de que miles de niños mueren al año por enfermedades curables; ocupamos el primer lugar en violencia intrafamiliar y el primer lugar de SIDA en el sureste del país”, dijo, en una conferencia de prensa. También resaltó que el actual gobierno incrementó la deuda pública en más de 800 por ciento. (Tiempo, 16/x/10)

Al legislador le faltó agregar que los supuestos avances estatales: el decremento de los pisos de tierra, la construcción de hospitales y casas de salud, son parte de los programas federales, financiados e impulsados por los organismos internacionales mediante préstamos. El programa estatal, costeado con un oneroso impuesto del 2 por ciento, para la alfabetización de los oaxaqueños, dice el Gobierno que redujo en 50% el número de analfabetos, pero no aclaran que sólo crearon analfabetos funcionales, que pueden identificar el nombre de los refrescos, pero jamás leerán un libro o un periódico, porque este gobierno no tuvo nunca una política cultural.

Éstos son los nuevos tiempos de la política estatal, de mensajes abiertos y convocatoria a la rendición de cuentas. Ojalá los diputados estudien las leyes y conozcan sus facultades. Con todo el peso de la ley, pueden convocar a los funcionarios salientes para que rindan cuentas y aclaren lo difuso. En una de ésas, puede salir el hilo de la madeja de la corrupción.

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 17 de noviembre de 2010.

16 de noviembre de 2010

PLANEACIÓN IRREAL

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 13 de noviembre de 2010.

Al revisar los planes estatales de desarrollo, elaborados a partir de 1981 a la fecha, observamos que todos sus diagnósticos coinciden fundamentalmente en cuatro aspectos.

Primero: La propiedad colectiva y social de los recursos naturales de la entidad. Los diagnósticos muestran que las tierras están en manos de las comunidades agrarias y los ejidos; los recursos minerales, metálicos y no metálicos, también son propiedad comunal; la vocación de las tierras oaxaqueñas es forestal, todos los bosques están localizados en tierras comunales o ejidales.

Segundo: La mayoría de los municipios y las localidades del estado de Oaxaca están conformadas por sociedades solidarias, son comunidades basadas en la propiedad comunal y ejidal de la tierra, integradas en redes familiares que se convierten en redes sociales y comunitarias, y, a partir de allí, conforman la administración pública municipal y local. Es la base de la perseverancia de las relaciones de apoyo mutuo, tanto en términos de procesos productivos, apoyo económico u organización social.

Tercero. Hay una mínima industrialización en el estado. El último plan de desarrollo reconoce la existencia de sólo cinco empresas grandes; de ellas, la refinería de PEMEX, en Salina Cruz, una empresa estatal y aporta casi el 75% del valor bruto de la producción estatal.

Cuarto. El nivel salarial de la entidad es de los más bajos del país. Los trabajadores mejor pagados laboran en la refinería de PEMEX y su promedio salarial era de 11,500 pesos, en 2004; por el contrario, el 53% de las unidades económicas del sector terciario de la economía, sólo alcanzan a pagar un máximo de 690 pesos mensuales a sus empleados, y se concentran fundamentalmente en la Mixteca y la Sierra Sur, regiones reconocidas como las de mayor pobreza y marginación en el estado.

La mayoría de los planes de desarrollo aceptan que los dos primeros puntos conducen a la existencia de organizaciones sociales y comunitarias, a la pervivencia de una organización comunitaria de apoyo en la producción, las festividades y para mejor solventar las necesidades individuales y familiares; la posesión comunal de los bienes patrimoniales (tierras, agua, bosque, recursos naturales, bienes municipales y comunales) induce a que las relaciones sociales y administrativas sean vistas en términos de servicios comunitarios. Las relaciones sociales se basan en mecanismos de cooperación para solventar las limitaciones económicas y tecnológicas, y son un mecanismo de distribución del excedente económico obtenido, mediante la gratuidad de la colaboración en el sistema de cargos, como también en las mayordomías de las fiestas patronales y las actividades religiosas. Todos estos procesos nos están gritando que, en la práctica, hay una apropiación colectiva de los recursos económicos públicos y los excedentes económicos generados en estas comunidades basadas en la solidaridad y la reciprocidad.

El problema comienza cuando los diagnósticos apuntan que hay una persistente y creciente pobreza, desigualdad y marginación en estas comunidades, como resultado de esos procesos y características. Insisten en la falta de sentido empresarial en las actividades económicas, porque no tienen una visión de acumulación de capital en todos los procesos donde intervienen; no hay una búsqueda de maximización de las ganancias, ni de optimización del uso del tiempo individual, buscando incrementar al máximo las ganancias, a partir de la eficacia y la eficiencia en el uso de sus recursos naturales y financieros. Insisten en que, por el hecho de ser bienes comunales o ejidales, son inembargables, por eso, los comuneros, ejidatarios y las comunidades no son sujetos de crédito, excluyéndolos de los financiamientos bancarios para apuntalar las actividades y las iniciativas económicas generadas en estas comunidades. Para los planes, estas situaciones permiten y acrecientan la indolencia individual, convertida después en indolencia social, generando un círculo vicioso de apatía y abandono de las familias a la magra producción de su entorno físico y la incapacidad “congénita” de las comunidades para mejorar su entorno de infraestructura física, ambiental y social.

También, los diagnósticos consideran que la propiedad comunal induce a una organización comunitaria basadas en asambleas colectivas, donde se complica la aprobación de los permisos para que los empresarios privados exploten los recursos naturales de esos pueblos. Estos procesos generan incertidumbre en los inversionistas privados y hace insegura cualquier inversión de capital privado en el entorno comunal.

Por eso, en lugar de acoplar el desarrollo de la entidad a las características sociales de sus comunidades, los planes plantean la reconversión de la organización social a un esquema de propiedad privada y en el trabajo individual basado en el pago económico. En lugar de impulsar procesos colectivos, cooperativas o empresas sociales, los gobiernos estatales se definen por políticas públicas basadas en la empresa privada, aquella cuya finalidad básica es, en palabras del economista Keynes, el egoísmo, la usura y la avaricia.

8 de noviembre de 2010

DESARROLLO EQUIVOCADO

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 6 de noviembre de 2010.

El planteamiento gubernamental de impulsar el desarrollo empresarial privado, como meta y fin del desarrollo estatal, se manifiesta fundamentalmente en los apartados de la planificación del desarrollo de los planes estatales. La propuesta se hace, a pesar de que en el apartado del diagnóstico de la situación estatal, los planes son muy precisos en demostrar que sólo el 13% del territorio estatal se encuentra en manos de propietarios privados. La mayor parte de las tierras del estado, el 87% del total, se encuentran en manos de las comunidades y los ejidos; el 90% del territorio arbolado se encuentran en esas tierras y la totalidad los recursos minerales, metálicos y no metálicos, además de los recursos hídricos y las zonas costeras.

Por otra parte, especialmente en las tres últimas administraciones, se reconocen dos sistemas políticos para elegir a las autoridades municipales. En primer término, 418 municipios, de los 570 del total, las eligen con el sistema de usos y costumbres. Es decir, quienes administran los municipios son electos mediante votaciones directas, a mano alzada, en una asamblea de ciudadanos, de acuerdo a un sistema de cargos, con rasgos precolombinos y muchas características conformadas durante la época colonial. El otro sistema, utilizado en 152 municipios, es el de la votación universal, directa y secreta, mediante planillas presentadas por los partidos políticos registrados en la entidad.

En lo general, se puede observar una relación casi directa entre aquellos municipios con propiedad privada de sus tierras o al menos en ejidos y el sistema de elecciones por partidos políticos; pero, donde se puede observar mejor la relación entre la forma de elección y el tipo de propiedad de la tierra, es en aquellos municipios donde eligen a sus autoridades por el sistema de usos y costumbres, y viven bajo el régimen de propiedad colectiva de la tierra; estos municipios se gobiernan y mantienen sus relaciones sociales a partir de un sistema de cargos, donde la administración municipal es vista como un servicio gratuito a la comunidad y como parte de las responsabilidades que conlleva el ser miembro de la comuna y tener tierras en propiedad comunal.

En esos diagnósticos, también se puede observar la casi nula existencia de una industria mediana, pero especialmente la grande en el territorio estatal, considerando a éstas como las que emplean más de 200 personas. En el plan de desarrollo, presentado por Pedro Vázquez Colmenares, se manifiesta la existencia de sólo 14 grandes empresas, 10 de ellas eran empresas paraestatales y sólo 4 eran privadas. 25 años después, el gobernador Ulises Ruiz Ortiz reconoce la existencia de sólo 5 grandes empresas; de ellas, la más grande es la refinería de PEMEX en Salina Cruz, de propiedad estatal; además, establece que, de 1981 a la fecha, sólo se han creado 2 empresas grandes más: la Compañía Manufacturera de Plástico, en el municipio de Santa María del Tule, en los Valles Centrales, y la Cervecera del Trópico, en Tuxtepec. En lugar de proliferar, el número de empresas de mediano tamaño decreció. La mayor parte de las unidades económicas eran microempresas, casi la mitad eran tortillerías y panaderías.

Sin embargo, y a pesar de constatar, con los datos duros de los diagnósticos, que la población del estado estaba organizada y se organiza sobre la base de la solidaridad colectiva, generada a partir de la propiedad comunal o ejidal de las tierras, pero especialmente de la primera, lo que induce a la permanencia del sistema de cargos y el servicio administrativo como servicio comunitario, todos los gobiernos estatales, a la hora de establecer la planificación del desarrollo, irremediablemente repiten el esquema federal de impulsar la industrialización, mediante el establecimiento y el fortalecimiento de la empresa privada como motor del crecimiento económico, identificándolo como desarrollo. Este proceso equivocado es la base de lo que he llamado la planeación psicótica del desarrollo y la causa de la permanencia de la pobreza y la marginación en todo el territorio estatal.