2 de julio de 2011

DEROGAN TENENCIA VEHICULAR


Nos da muchísimo gusto saber que el gobierno del Distrito Federal ha decidido derogar el pago de la tenencia vehicular. Si ahora, con todo que allá también se pagaba la tenencia, las calles de Oaxaca están inundadas de vehículos con placas del Distrito federal, a partir de este anuncio vamos a ser  otra colonia más de la capital de la república.
Como casi todos sabemos, el Impuesto a la Tenencia o Uso de Vehículos fue un gravamen federal para pagar el costo de los juegos olímpicos. Luego se volvió permanente, a raíz de las crisis económicas de los años setenta y ochenta. A partir de los noventa, el gobierno federal se percató que, entregándoles el importe a los estados, podía contar con recursos del presupuesto federal para sus gastos administrativos o de urgencia. Todo caminó bien, pero fueron constantes las quejas y malestar de la población por tantos impuestos mal planeados y peor gastados. En los últimos años, el asunto era tan recurrente en las campañas electorales que la Cámara de Diputados federal anunció su intención de revisar el tema; ante la amenaza, el gobierno federal decidió abrogar el cobro del impuesto, pero le dejó la responsabilidad de su continuación a los gobernadores estatales.
La mayoría de ellos no mordieron el anzuelo y han adelantado la derogación del impopular impuesto. Sólo en Oaxaca, los imberbes funcionarios del nuevo gobierno se aventaron la puntada de hacerlo estatal. Mareados por el monto en millones a recaudar, no se percataron que entraban en un verdadero tobogán de descrédito público. Era una política esperada de un secretario de Finanzas que toda su vida se ha dedicado a gastar, pero no a recaudar. Sin la experiencia de vivir en el estado, sin conocer de las pobrezas y la miseria de la mayoría de los oaxaqueños, creyó que recaudar era lo mismo que administrar y se fue por el camino fácil: el mercado cautivo de los contribuyentes, especialmente el de los propietarios de vehículos.
Flojos como son los actuales funcionarios, no buscaron alternativas y se quedaron con lo existente. Esa misma actitud se observa en todas las esferas del gobierno estatal. Donde no hay falsificadores de títulos profesionales, existen buscachambas que, por fin, pudieron llegar a ocupar los más altos cargos, con todas sus atribuciones: chofer, secretaria, viáticos y uno que otro estímulo extralegal; pero de aportar para los oaxaqueños y para dar mejor calidad administrativa, no hay señal alguna.
El caso del pago de la tenencia vehicular empezó a empantanarse, casi desde su anuncio. Siguiendo el ejemplo del actual secretario particular del gobernador,  Benjamín Robles, que cuando fue diputado local en la pasada legislatura se indignó por el reemplacameinto vehicular, la CNOP encabezó la demanda de la abrogación de la tenencia vehicular estatal. No era una ocurrencia más, sino la continuación de una clara demanda popular. La proliferación de vehículos con placas foráneas es la prueba más palpable de la inconformidad de los oaxaqueños.
Ojala ahora, que en el Distrito Federal se tomó la sabia decisión de quitar el impuesto de la tenencia vehicular, también el gobernador oaxaqueño siente a su secretario de Finanzas, le lea la cartilla y lo obligue a trabajar: hay muchos rubros de dónde recaudar y sin afectar la economía de los oaxaqueños, pero para eso hace falta creatividad y dedicación, dos características de las que adolecen los actuales funcionarios estatales.
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 1 de julio de 2011.