FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 18 de septiembre de 2009.
No es el título de alguna famosa película norteamericana de vaqueros, pero sí es el “jingle” de los panistas enquistados en la administración pública federal, incluidos los delegados federales.
Desde la autoproclamación de Vicente Fox como un gobierno de y para empresarios, la administración federal se convirtió en un enorme botín. Hace unos días, la diputación priista denunció que, en los gobiernos panistas, se incrementó la alta burocracia, al pasar de 89 a mil 11 plazas de subsecretario o de nivel salarial equivalente; de 69 a mil 212 las de jefe de unidad o titular de entidad; de mil 396 a 6 mil 845 las de director general adjunto, y de 4 mil 446 a 38 mil 427 las de director de área. Esos “gatos de Angora” le cuestan a los mexicanos 100 mil millones de pesos más (Milenio, 14/09/2009).
Con la llegada de Fox al poder, los mejores pagados son los privilegiados de los mandos superiores del gobierno. Pero ser la burocracia mejor pagada, no los hizo ni más eficientes ni más eficaces; por el contrario, las administraciones panistas han sido reconocidas como la de los hombres grises, que solo dicen sandeces, como la frase del “catarrito” del secretario de Hacienda, las torpezas del secretario de Economía en Europa y las cotidianas barbaridades del secretario de Trabajo; pero, quizá, el gran premio lo tenga el ex secretario de Agricultura, el famoso “Caballo Negro” que terminó siendo “Burro Pardo”, cuando pedía la desaparición del populismo en el campo, mientras impulsaba la candidatura de su esposa a una diputación federal.
Esa misma situación se reflejan en las delegaciones federales en Oaxaca, donde la característica fundamental para ocupar el principal cargo no es capacidad técnica o administrativa, sino la militancia política en el PAN: tal pareciera que ser un derrotado o un bueno para nada, es condición suficiente, porque garantizan la lealtad partidista.
Pero también hay funcionarios que cobran sin trabajar. Es el caso específico del representante especial de la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA) y su estructura burocrática, quienes ni siquiera hacen el intento para resolver los problemas agrarios de la entidad. Todos los conflictos agrarios son atendidos por la Junta de Conciliación Agraria, una institución estatal. En todas las reuniones, los enviados de la SRA asumen el papel de convidados de piedra. En los problemas de límites, los funcionarios federales ni siquiera se asoman por la zona en conflicto, solo van los funcionarios estatales, cuando, en estricto sentido, no tienen ninguna facultad legal para resolver asuntos agrarios. La actitud de los funcionarios federales es un verdadero fraude a la nación, porque cobran sin trabajar.
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 18 de septiembre de 2009.
No es el título de alguna famosa película norteamericana de vaqueros, pero sí es el “jingle” de los panistas enquistados en la administración pública federal, incluidos los delegados federales.
Desde la autoproclamación de Vicente Fox como un gobierno de y para empresarios, la administración federal se convirtió en un enorme botín. Hace unos días, la diputación priista denunció que, en los gobiernos panistas, se incrementó la alta burocracia, al pasar de 89 a mil 11 plazas de subsecretario o de nivel salarial equivalente; de 69 a mil 212 las de jefe de unidad o titular de entidad; de mil 396 a 6 mil 845 las de director general adjunto, y de 4 mil 446 a 38 mil 427 las de director de área. Esos “gatos de Angora” le cuestan a los mexicanos 100 mil millones de pesos más (Milenio, 14/09/2009).
Con la llegada de Fox al poder, los mejores pagados son los privilegiados de los mandos superiores del gobierno. Pero ser la burocracia mejor pagada, no los hizo ni más eficientes ni más eficaces; por el contrario, las administraciones panistas han sido reconocidas como la de los hombres grises, que solo dicen sandeces, como la frase del “catarrito” del secretario de Hacienda, las torpezas del secretario de Economía en Europa y las cotidianas barbaridades del secretario de Trabajo; pero, quizá, el gran premio lo tenga el ex secretario de Agricultura, el famoso “Caballo Negro” que terminó siendo “Burro Pardo”, cuando pedía la desaparición del populismo en el campo, mientras impulsaba la candidatura de su esposa a una diputación federal.
Esa misma situación se reflejan en las delegaciones federales en Oaxaca, donde la característica fundamental para ocupar el principal cargo no es capacidad técnica o administrativa, sino la militancia política en el PAN: tal pareciera que ser un derrotado o un bueno para nada, es condición suficiente, porque garantizan la lealtad partidista.
Pero también hay funcionarios que cobran sin trabajar. Es el caso específico del representante especial de la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA) y su estructura burocrática, quienes ni siquiera hacen el intento para resolver los problemas agrarios de la entidad. Todos los conflictos agrarios son atendidos por la Junta de Conciliación Agraria, una institución estatal. En todas las reuniones, los enviados de la SRA asumen el papel de convidados de piedra. En los problemas de límites, los funcionarios federales ni siquiera se asoman por la zona en conflicto, solo van los funcionarios estatales, cuando, en estricto sentido, no tienen ninguna facultad legal para resolver asuntos agrarios. La actitud de los funcionarios federales es un verdadero fraude a la nación, porque cobran sin trabajar.
El gobierno foxista institucionalizó la corrupción. Ciro Gómez Leyva lo describe magistralmente: “2001 marcó el ascenso de Marta Sahagún... Mujer de poder y odios. Todo en ella era cursilería. Todo olía a corrupción.” (Milenio, 17/09/2009). Hoy, ésa es la característica de las delegaciones federales. Sólo como ejemplo, en las pasadas elecciones federales fue constantemente denunciado Edgar Guzmán Corral, delegado de la Sagarpa, por entregar recursos públicos para financiar la actividad política de los candidatos del PAN, pensando que el dinero les daría la confianza ciudadana y la organización política que nunca pudieron concretar, porque han sido siempre una burocracia cara, de ineficientes y corruptos.