
FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 23 de diciembre de 2009.
Para nuestra desgracia, la cuesta de enero comenzó anticipadamente. El fin de la semana pasada, el gobierno federal autorizó el incremento de la gasolina magna de 7.72 a 7.77 pesos y el diesel de 8.13 a 8.16 pesos. El aumento incrementará, también, los precios de todos los productos que consumimos les mexicanos.
También, la semana pasada nos enteramos que el incremento de los salarios mínimos será de 4.85 por ciento para 2010. Para Oaxaca, el nuevo salario mínimo será de 54.47 pesos diarios. Una verdadera miseria comparada con el incremento del costo de la vida a partir de esta semana. El aumento del salario mínimo es importante, porque nos muestra el parámetro de los próximos incrementos salariales. En definitiva, para el próximo año, los incrementos salariales serán menores al incremento real del costo de la vida.
Éste no es un descubrimiento económico de los panistas en el poder. Es una política definida desde el gobierno del presidente Miguel de la Madrid, cuando los neoliberales priistas tomaron uno de los postulados teóricos de los monetaristas de Milton Friedman, planteando la necesidad de mantener los salarios por debajo del incremento de los precios, para evitar el incremento de las tasas de inflación. Si bien esta estrategia económica ha dado buenos resultados para equilibrar la macroeconomía, ha descalabrado la economía familiar de la población mexicana. Pero es benéfica para las grandes empresas y la concentración de la riqueza, al permitir el enriquecimiento desmedido de no más de diez familias y el empobrecimiento acelerado de la mayoría de la población.
En la actualidad, en estas políticas económicas han puesto su parte, tanto el gobierno federal panista, como los diputados de todos los partidos políticos. El primero, con el argumento del retiro del subsidio a la gasolina para no beneficiar a los mexicanos más ricos del país, como de manera irresponsable lo declaró recientemente el vice coordinador de los diputados panistas, Luis Enrique Mercado, sin terminar de comprender que el subsidio a la gasolina tenía como finalidad impedir el incremento de los precios de los productos de primera necesidad, trasportados en vehículos que consumen diesel y gasolina magna. Por cierto, no se incrementó el precio de la gasolina premium, ésa que usan los autos nuevos y los deportivos de los pudientes de México.
En el incremento del costo de la vida, también pusieron su parte los diputados federales, cuando, en lugar de grabar las ganancias de las grandes empresas y obligarlos a pagar al fisco los impuestos evadidos, mejor incrementaron el IVA del 15 al 16 por cierto y subieron el ISR del 28 al 30 por ciento.
Por eso, me llama mucho la atención la gira de Eviel Pérez, el coordinador de los diputados federales oaxaqueños, anunciando como un gran triunfo el presupuesto autorizado para Oaxaca, sin aclarar que la mayor parte se irá en el pago a los profesores de la Sección 22 y el ejercicio político de los delegados federales panistas para las dádivas de los programas asistenciales. También serán muy felices los contratistas y los funcionarios públicos que se llevan el 10% en cada obra autorizada; además de los ejecutores de obra públicas programadas, pero nunca ejecutadas, aunque sí justificadas; ésos cuyas esposas manejan camionetas de lujo, compran departamentos y casas en el Distrito Federal y ahora también en algunas ciudades de Estados Unidos y Canadá. Ellos sí tendrán una feliz Navidad y un próspero Año Nuevo.
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 23 de diciembre de 2009.
Para nuestra desgracia, la cuesta de enero comenzó anticipadamente. El fin de la semana pasada, el gobierno federal autorizó el incremento de la gasolina magna de 7.72 a 7.77 pesos y el diesel de 8.13 a 8.16 pesos. El aumento incrementará, también, los precios de todos los productos que consumimos les mexicanos.
También, la semana pasada nos enteramos que el incremento de los salarios mínimos será de 4.85 por ciento para 2010. Para Oaxaca, el nuevo salario mínimo será de 54.47 pesos diarios. Una verdadera miseria comparada con el incremento del costo de la vida a partir de esta semana. El aumento del salario mínimo es importante, porque nos muestra el parámetro de los próximos incrementos salariales. En definitiva, para el próximo año, los incrementos salariales serán menores al incremento real del costo de la vida.
Éste no es un descubrimiento económico de los panistas en el poder. Es una política definida desde el gobierno del presidente Miguel de la Madrid, cuando los neoliberales priistas tomaron uno de los postulados teóricos de los monetaristas de Milton Friedman, planteando la necesidad de mantener los salarios por debajo del incremento de los precios, para evitar el incremento de las tasas de inflación. Si bien esta estrategia económica ha dado buenos resultados para equilibrar la macroeconomía, ha descalabrado la economía familiar de la población mexicana. Pero es benéfica para las grandes empresas y la concentración de la riqueza, al permitir el enriquecimiento desmedido de no más de diez familias y el empobrecimiento acelerado de la mayoría de la población.
En la actualidad, en estas políticas económicas han puesto su parte, tanto el gobierno federal panista, como los diputados de todos los partidos políticos. El primero, con el argumento del retiro del subsidio a la gasolina para no beneficiar a los mexicanos más ricos del país, como de manera irresponsable lo declaró recientemente el vice coordinador de los diputados panistas, Luis Enrique Mercado, sin terminar de comprender que el subsidio a la gasolina tenía como finalidad impedir el incremento de los precios de los productos de primera necesidad, trasportados en vehículos que consumen diesel y gasolina magna. Por cierto, no se incrementó el precio de la gasolina premium, ésa que usan los autos nuevos y los deportivos de los pudientes de México.
En el incremento del costo de la vida, también pusieron su parte los diputados federales, cuando, en lugar de grabar las ganancias de las grandes empresas y obligarlos a pagar al fisco los impuestos evadidos, mejor incrementaron el IVA del 15 al 16 por cierto y subieron el ISR del 28 al 30 por ciento.
Por eso, me llama mucho la atención la gira de Eviel Pérez, el coordinador de los diputados federales oaxaqueños, anunciando como un gran triunfo el presupuesto autorizado para Oaxaca, sin aclarar que la mayor parte se irá en el pago a los profesores de la Sección 22 y el ejercicio político de los delegados federales panistas para las dádivas de los programas asistenciales. También serán muy felices los contratistas y los funcionarios públicos que se llevan el 10% en cada obra autorizada; además de los ejecutores de obra públicas programadas, pero nunca ejecutadas, aunque sí justificadas; ésos cuyas esposas manejan camionetas de lujo, compran departamentos y casas en el Distrito Federal y ahora también en algunas ciudades de Estados Unidos y Canadá. Ellos sí tendrán una feliz Navidad y un próspero Año Nuevo.