FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 4 de diciembre de 2008.
Ha comenzado en la televisión la parafernalia del Teletón. El año pasado, durante 30 horas continuos de transmisión, Televisa obtuvo de los donantes 440 millones 404 mil 909 pesos.
Han sido once años constantes en que la empresa induce a la gente a donar dinero, apelando al sentido de solidaridad de los más pobres, pero donde el beneficio real lo obtiene la empresa y sus amigos; porque, con la acción, logran que el Gobierno les condone impuestos y muchas veces les entregue más dinero obtenido del bolsillo de quienes sí pagan impuestos. El Teletón es un negocio redondo.
John Maynard Keynes, un economista, decía que las motivaciones principales de la empresa capitalistas son el egoísmo, la avaricia y la usura. Por eso, siempre extraña que una empresa comercial, como Televisa, ceda parte de su tiempo de programación a un acto de caridad social, recaudando fondos para apoyar a los discapacitados. Pero también las grandes empresas, con trato directo con el público, donan impresionantes cantidades de dinero.
Parte de la mentira es visible cuando vemos que quienes más aportan son las cadenas de tiendas de autoservicios y farmacias. Pero ellos no donan las ganancias de sus accionistas, sino lo recaudado mediante el “redondeo”, o ahora la directa “donación al Teletón”. Todos los centavos recabados hacen miles y millones de pesos, que las empresas recaudadoras entregan en donación a Televisa. Lo que no nos dicen, es que la Fundación Televisa les entrega un recibo por esa cantidad y, ese recibo, lo entregan a la Secretaría de Hacienda, para que se los deduzca de los impuestos que debían pagar ese año. ¡El dinero de los donantes regresa a la empresa, en dinero descontado de lo que debían pagar al gobierno como impuestos! Es otro negocio redondo.
Los discapacitados son solo el pretexto. En realidad, todas las empresas donadoras hacen un negocio, deducible de impuestos.
La más beneficiada es la empresa Televisa, porque es su Fundación la que recibe todo el dinero y la que construye y administra los hospitales beneficiados por el Teletón. Nadie sabe cuánto cuesta construir y mantener un CRIT. Aunque el terreno lo donen los gobiernos de los estados, no sabemos si la Fundación, a la hora de contabilizar los costos del proyecto, también lo incluyen para incrementar el costo global, porque, todo el dinero utilizado, independientemente de quién lo haya dado, para la construcción y el mantenimiento de los hospitales, es deducido de los impuestos que Televisa debía pagar al fisco federal. Como nadie sabe cuánto invierte la empresa y cuánto es dinero de los mexicanos y los gobiernos estatales, Televisa tiene un negocio redondo: hace caravana con sombrero ajeno, paga menos impuestos de sus estratosféricas ganancias y todavía le agradecemos su buena voluntad para ayudar a la población vulnerable de México.
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 4 de diciembre de 2008.
Ha comenzado en la televisión la parafernalia del Teletón. El año pasado, durante 30 horas continuos de transmisión, Televisa obtuvo de los donantes 440 millones 404 mil 909 pesos.
Han sido once años constantes en que la empresa induce a la gente a donar dinero, apelando al sentido de solidaridad de los más pobres, pero donde el beneficio real lo obtiene la empresa y sus amigos; porque, con la acción, logran que el Gobierno les condone impuestos y muchas veces les entregue más dinero obtenido del bolsillo de quienes sí pagan impuestos. El Teletón es un negocio redondo.
John Maynard Keynes, un economista, decía que las motivaciones principales de la empresa capitalistas son el egoísmo, la avaricia y la usura. Por eso, siempre extraña que una empresa comercial, como Televisa, ceda parte de su tiempo de programación a un acto de caridad social, recaudando fondos para apoyar a los discapacitados. Pero también las grandes empresas, con trato directo con el público, donan impresionantes cantidades de dinero.
Parte de la mentira es visible cuando vemos que quienes más aportan son las cadenas de tiendas de autoservicios y farmacias. Pero ellos no donan las ganancias de sus accionistas, sino lo recaudado mediante el “redondeo”, o ahora la directa “donación al Teletón”. Todos los centavos recabados hacen miles y millones de pesos, que las empresas recaudadoras entregan en donación a Televisa. Lo que no nos dicen, es que la Fundación Televisa les entrega un recibo por esa cantidad y, ese recibo, lo entregan a la Secretaría de Hacienda, para que se los deduzca de los impuestos que debían pagar ese año. ¡El dinero de los donantes regresa a la empresa, en dinero descontado de lo que debían pagar al gobierno como impuestos! Es otro negocio redondo.
Los discapacitados son solo el pretexto. En realidad, todas las empresas donadoras hacen un negocio, deducible de impuestos.
La más beneficiada es la empresa Televisa, porque es su Fundación la que recibe todo el dinero y la que construye y administra los hospitales beneficiados por el Teletón. Nadie sabe cuánto cuesta construir y mantener un CRIT. Aunque el terreno lo donen los gobiernos de los estados, no sabemos si la Fundación, a la hora de contabilizar los costos del proyecto, también lo incluyen para incrementar el costo global, porque, todo el dinero utilizado, independientemente de quién lo haya dado, para la construcción y el mantenimiento de los hospitales, es deducido de los impuestos que Televisa debía pagar al fisco federal. Como nadie sabe cuánto invierte la empresa y cuánto es dinero de los mexicanos y los gobiernos estatales, Televisa tiene un negocio redondo: hace caravana con sombrero ajeno, paga menos impuestos de sus estratosféricas ganancias y todavía le agradecemos su buena voluntad para ayudar a la población vulnerable de México.
Para eso crean las empresas sus fundaciones. No son para el bien común, sino para limpiar las grandes sumas de sus ganancias y pagar menos dinero a la hacienda pública. Por eso, hasta que no transparenten su ejercicio fiscal, los teletones y “redondeos” debían movernos a la reflexión y a la duda, y por ahora, más con la crisis que se nos viene encima el año próximo, debíamos guardar nuestro propio redondeo para los niños de nuestras familias. Que la empresa donen, pero las ganancias de sus dueños y socios.