15 de diciembre de 2009

POLÍTICAS PÚBLICAS EQUIVOCADAS

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 12 de diciembre de 2009.

En la mayor parte del territorio estatal, la gente vive en un entorno de comunidades solidarias, pero el gobierno no se percata de esa realidad social y propone un desarrollo basado en una completa irrealidad social. En lugar de considerar las condiciones reales en que se desenvuelven los oaxaqueños, consolidar e impulsar las fortalezas de esas sociedad solidarias y comunitarias, inyectar recursos a sus proyectos y procesos de desarrollo económico, fortalecer la cultura de solidaridad social, promover la visión de la administración pública como servicio comunitario e impulsar el manejo y el conocimiento de las técnicas empresariales para el incremento de la productividad y el crecimiento económico, los gobiernos estatales impulsan y promueven una visión de desarrollo basado en la empresa privada, a partir de los planteamientos y las estrategias de desarrollo que le marca el gobierno federal, cuyos planes de desarrollo están basados en organizaciones y entornos sociales diferentes a los de Oaxaca.

Esa es la causa y razón fundamental por la que durante casi 30 años, los gobiernos estatales de Oaxaca han invertido multimillonarias sumas de dinero en procesos que identifican como desarrollo y cuyos únicos resultados han sido el incremento de la desigualdad, la pobreza, la miseria y la marginación social.

En la realidad, con el proceso de planificación psicótica, los gobiernos estatales han metido a las comunidades locales en un proceso de choque cultural. Mientras los habitantes de las localidades se desempeñan en entornos solidarios, con propiedades colectivas y basan sus relaciones cotidianas en la cooperación y la solidaridad, los gobiernos estatales los inducen a tener un comportamiento totalmente diferente, en mucho basado a lo que J. M. Keynes alguna vez sintetizaba como el egoísmo, la avaricia y la usura: “Por lo menos durante otros cien años más, debemos simular ante nosotros mismos y ante cada uno que lo bello es sucio y que lo sucio bello es, porque lo sucio es útil y lo bello no lo es. La avaricia, la usura y la precaución deben ser nuestros dioses por un poco más de tiempo todavía.”

Esa triada que es la base del sistema de la apropiación privada de los excedentes.

Los gobiernos, estatal y federal, ni permiten la consolidación de las bases comunitarias de la organización económica y social de los pueblos oaxaqueños, ni tampoco los convencen para que se apropien de la ideología del interés y la ganancia, como medio de convivencia cotidiana. En ese choque de culturas, los oaxaqueños han caído en el círculo vicioso de la falta de apoyos y recursos, improductividad de sus tierras y empresas, pérdida de empleos, constante y creciente migración, pobreza y marginación, cerrazón ante el cambio y la innovación, retiro de apoyos y falta de recursos económicos.

La inexistencia de ahorro interno y la falta de acumulación de capital ha conducido a una dinámica viciosa de incapacidad de la sociedad oaxaqueña para impulsar una dinámica virtuosa de crecimiento constante que permita incrementar el PIB per cápita y el PIB estatal, mucho menos para alcanzar los mejores niveles de bienestar que la sociedad merece.

Los bajos índices de desarrollo humano, de marginalidad y, en general de todos los índices medidos en la entidad, producto de varias décadas de políticas públicas equivocadas, nos deben llevar a concluir que en Oaxaca, el gobierno se ha equivocado en la identificación de los sujetos sociales del desarrollo. Actualmente, los actores del proceso son las autoridades municipales, los comisariados de bienes comunales y ejidales, y las organizaciones productivas de los municipios. Son ellos quienes tienen capitales, propiedades y viven en redes solidarias. Su problema, para ingresar al círculo virtuoso del desarrollo, estriba en no contar con una base jurídica, política y administrativa que los convierta en sujetos del desarrollo de sus comunidades. Por eso, es urgente fortalecer su autosuficiencia social, para su conversión de actores a sujetos de su propio desarrollo.