7 de diciembre de 2009

LA PLANEACIÓN PSICÓTICA OAXAQUEÑA

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 7 de diciembre de 2009.

A pesar de la precisión de los diagnósticos de los planes estatales de desarrollo, desde 1981 a la fecha, sobre una sociedad oaxaqueña basada en la propiedad colectiva de los recursos naturales, a la hora de plantear los objetivos del desarrollo estatal, los gobiernos estatales impulsan el fomento y la consolidación de las empresas privadas, porque consideran que solo ellas pueden incrementar la productividad, la eficacia y la eficiencia en el proceso de transformación de la materia prima, generar manufacturas con alto valor agregado y mejores precios en el mercado, crear más empleos con mejores niveles salariales, además del ahorro personal y colectivo, generando también ingresos a las tesorerías de gobierno, en procesos crecientes que conducen de la riqueza individual a la riqueza social, mejorando los niveles de bienestar para la población en general, especialmente para aquellos que estuvieran laborando en estas factorías con tecnología de punta y eficientemente productivas. Un verdadero sueño guajiro.

Por eso, después de los diagnósticos, los planes plantean un proceso de planificación, donde la mayor parte de las políticas públicas están enfocadas a la creación de una sociedad sana físicamente, para que puedan rendir mejor en las empresas; más y mejor educadas, para que sean mano de obra eficaz y eficiente; se buscan mejores sistemas de infraestructura social, para permitirle a las empresas instalarse en entornos favorables y poder comercializar óptimamente sus productos; una sociedad democrática, donde las diferencias se diriman en los entornos institucionales, evitando los conflictos sociales que tensan las relaciones sociales e inducen a la confrontación social, con los resultados de movilizaciones, bloqueos de caminos y carreteras, y la inactividad económica y social. Por último, una administración pública moderna y eficiente, para optimizar los escasos recursos económicos, a fin de crear las condiciones óptimas para el desarrollo empresarial y otorgar los mejores servicios para crear un entorno de mayor atractividad para la inversión privada foránea, aunque también es cierto que los pueblos salen ganando, porque también se les brindan la infraestructura social.

Así, aunque la sociedad oaxaqueña se basa en la propiedad colectiva de los recursos naturales, y su organización social y comunitaria impulsa la apropiación colectiva de excedentes, la planificación del desarrollo de los gobiernos estatales busca crear las mejores condiciones para la creación y consolidación de las empresas privadas, basadas en la apropiación privada de los excedentes. Creyendo ¿ingenuamente? que la mayor acumulación de capital permitirá el rebosamiento de la riqueza individual, que induzca a los empresarios privados a invertir en empresas cada vez más modernas y con mejores niveles salariales, para así alcanzar el desarrollo deseado, con los diferentes adjetivos que cada régimen propone: moderno, integral o sustentable.

Ésa es la planeación psicótica del desarrollo estatal oaxaqueño.

Aunque la psicosis es un término genérico utilizado en psicología, el término bien puede utilizarse para referirse al proceso de planificación efectuado en el Estado de Oaxaca, desde la década de los 80. En esa rama de la ciencia se utiliza para referirse a un estado mental descrito como una pérdida de contacto con la realidad. Es esa precisamente la situación de los gobiernos estatales, pues en sus planes de desarrollo elaboran un diagnóstico muy realista y, sin embargo, en el momento cuando los responsables del documento plantean los objetivos, las estrategias, políticas y líneas de acción, dejan de referirse a esa realidad, para trazar otra totalmente diferente.

Según los expertos, “las personas que experimentan psicosis pueden presentar alucinaciones o delirios y pueden exhibir cambios en su personalidad y pensamiento desorganizado”. Nada mejor para describir la actuación gubernamental oaxaqueña, al plantear como objetivo y fin un proceso de crecimiento económico basado en la empresa privada y su vinculación con todas las áreas de la sociedad para impulsar un desarrollo económico basado en la apropiación privada de los excedentes, a partir del incremento de la productividad y la competitividad, cuando ellos mismos, en sus diagnósticos, reconocen la inexistencia de las estructuras de propiedad y de organización que pudieran impulsar el proceso de acumulación y desarrollo clásico del capitalismo. Esta situación ha llevado a un choque cultural y económico, donde ni se consolida la forma tradicional de organización, ni logran aclimatar la propuesta nacional del desarrollo empresarial privado, impulsada desde las instancias del gobierno federal.