Tres hechos nos muestran, de cuerpo entero, lo que ha sido el gobierno del estado en estos primeros tres meses de administración. Primero, el asunto del “piñatazo” notarial; segundo, el techado del Auditorio Guelaguetza y, tercero, el caos magisterial. En los tres, hay una constante: durante el proceso electoral se efectuó una campaña negra para denunciar actos ilegales e incapacidad del gobierno saliente. Concluido el proceso y triunfante la coalición opositora, ellos mismos se han encargado de aclarar las infamias, aprender las mañas para aplicarlas y volver a repetir los mismos errores del gobierno anterior. Desglosaré los temas en éste y los siguientes artículos.
El mejor ejemplo es el famoso “piñatazo” notarial. Desde mediados del año pasado, encabezados por un grupo de militantes panistas, los simpatizantes de la Coalición por la Paz y el Progreso denunciaron fraudes en el otorgamiento de los fíats. Durante muchos meses, mediante correos electrónicos y comentarios periodísticos, se insistió en procesos fuera de la ley. Se mencionaron muchos nombres, especialmente de funcionarios gubernamentales. Incluso, varios militantes del PAN, incluido el actual Director General de Notarías, acudieron a la Procuraduría General de Justicia del estado para iniciar una averiguación previa, contra probables acciones delictivas originadas por este hecho.
Fue una campaña bien orquestada, donde intervinieron muchos simpatizantes de la Coalición para generar una opinión pública adversa al gobierno saliente, a su partido –el PRI– y a su candidato a gobernador. Muchos les creímos, fundamentalmente porque el gobierno priista no tuvo la capacidad para transparentar el proceso notarial y mucho menos se animó a dar la lista completa de los beneficiarios. Con la política del secreto asumida por el gobierno, el rumor cobró visos de realidad y se convirtió en una verdad mediática.
Ya instalados en el nuevo gobierno, a uno de los principales promotores de la campaña contra el supuesto fraude notarial, le tocó dirigir la Dirección General de Notarías, nos imaginamos que para investigar los hechos y denunciar a los culpables; sin embargo, aquellos combativos militantes cambiaron radicalmente de actitud. Para comenzar, iniciaron negando cualquier información relacionada con el tema. A los reporteros, los remitían al Instituto Estatal de Acceso a la Información Pública; cuando lo hacían, respondían aduciendo enredos burocráticos, para concluir finalmente en que era información confidencial. Así, nadie sabe realmente cuántos notarios están asignados en el estado, cuántos cuentan con fíat, quiénes tienen licencia y mucho menos sabemos sus nombres y el municipio al que fueron asignados legalmente.
Después de varios amagos periodísticos, por fin, el propio Director General de Notarías actual, Luis Alfonso Silva Romo, declaró, según la nota periodística, que “… no existen acuerdos del ex mandatario (Ulises Ruiz) para que, como se rumoró, ejerzan funciones…” y dio la lista de las personas que se publicitó habían adquirido fíats, cuando ni siquiera tenían título de abogado. (Tiempo, 14/I/2011).
Así, el famosos “piñatazo” notarial terminó reducido a una bola de humo, lanzada al calor de la campaña electoral para beneficio del candidato opositor y le rindió muy buenos beneficios a uno de sus principales exponentes. Eso se llama campaña negra, en la publicidad comercial y electoral.
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 26 de marzo de 2011.