8 de marzo de 2011

ASISTENCIA SOCIAL

El gobierno estatal ha iniciado un agresivo programa asistencial. Se llama “Bienestar” y va a atender 6 grandes rubros: 1) Apoyos para Adultos Mayores, 2) Madres Solteras, 3) Personas con Capacidades Diferentes, 4) Fondo Estatal de Becas, 5) Prevenir la Incidencia del Papiloma Humano en la mujer Oaxaqueña y 6) la Entrega de Uniformes y Útiles Escolares a Niños en Educación Básica. Según las autoridades, atenderán a alrededor de 35 mil adultos mayores; 10 mil madres solteras que hayan perdido su fuente de empleo; 25 mil personas con discapacidad y 950 mil alumnos.

Qué bueno que las autoridades destinen parte de su presupuesto a atender a sectores tradicionalmente olvidados, por desidia o por incapacidad imaginativa de las anteriores administraciones. Pero que no nos quieran vender el cuento de que éste es un programa de combate a la pobreza. Un buen médico diría que estas políticas públicas van encaminadas a atacar los síntomas de la enfermedad, pero no a erradicar la raíz del problema.

Pareciera ser que los gobiernos, independientemente de su signo político, tienen una incapacidad innata para comprender el origen del mal y sus posibles soluciones. Como se puede observar, en el mismo nombre de los componentes del programa, están orientados a dar asistencia social y no a generar las condiciones para que los necesitados de Oaxaca se valgan por sí mismos para resolver sus problemas. Por eso, muchos observadores catalogan a estos programas como meras políticas con fines electorales. Al menos, en el Distrito Federal, ése ha sido su sentido y buena parte de la razón de sus éxitos mediáticos.

Atender a una parte de los adultos mayores, ser copartícipe de la responsabilidad de ayudar a las madres solteras desempleadas –que no a la generalidad-, auxiliar a parte de los discapacitados o proporcionar vacunas contra el papiloma humano en algunas regiones del estado, es loable, pero no es una política de gobierno que solucione la miseria y la marginación que agobia al casi setenta por ciento de los oaxaqueños. Por cierto, el último componente sí es universal, pero responde más a las presiones del magisterio, que a los proyectos asistenciales del gobierno estatal. Es curioso, porque demuestra que el gobierno, y sus funcionarios, tienen una visión más segmentaria, mientras el magisterio tiene una visión general.

Desde estas perspectivas, la Secretaría de Desarrollo Social y Humano, responsable de operar el programa, debería cambiar su nombre y transformarse en la Secretaría de Asistencia Social, para ir acorde con la visión tecnocrática que le están imprimiendo.

Qué lejos están quedando las declaraciones del secretario de Desarrollo Social y Humano, cuando planteaba “romper los índices que mantienen a Oaxaca en los últimos lugares de desarrollo social y humano”, para luego agregar: “vamos a generar una política social que ataque de raíz el problema de la pobreza y marginación que es la creación de actividades productivas en las regiones de Oaxaca, todo por medio de una economía solidaria que genere empleos, eso es lo que requiere la entidad para tener bienestar social.” Por cierto, esta declaración del funcionario apareció el Día de los Inocentes pasado. (Tiempo, 28/xii/2010).

No dudo que el programa tendrá éxito. ¿A quién le dan pan que llore?, pero nos adelanta la visión general del próximo Plan Estatal de Desarrollo: más de los mismo y sólo para salir del paso. ¿Y el cambio, cuándo, mis ahora intelectuales orgánicos?

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 8 de marzo de 2011.