FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ.
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 5 de septiembre de 2008.
No me extraña que el diputado panista, Diódoro Carrasco Altamirano, se erija en protector y defensor de Vicente Fox Quesada. La noticia sería que el presidente de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados asumiera una posición neutral y permitiera una investigación real sobre las tropelías del hombre que cogobernó con Martha Sahagún y arropó las pillerías de los hijos de ambos matrimonios. A fin de cuentas, su destino personal se escribió al amparo de las oscuras negociaciones para permitir la alternancia del poder en México.
En otras ocasiones he comentado que fueron figuras fundamentales para concretar la “transición democrática” de 2000, el entonces secretario de Gobernación y quien después lo sucedería en el cargo, Santiago Creel Miranda. Así, cuando Carrasco Altamirano se vio en la estacada del cobro de la factura y los priistas solicitaron su expulsión, tuvo la mano amiga de Creel para ser candidato a diputado plurinominal, en una circunscripción totalmente alejada de su natal Oaxaca y, después, encabezar la importante Comisión de Gobernación: llave maestra en la Cámara de Diputados para impedir cualquier investigación o pronunciamiento contra los altos mandos panistas del gobierno federal. Esa es su chamba y es el pago a su buen trabajo en la transición federal del poder priista al mando panista actual.
Por eso, toda la denuncia de la diputada Claudia Cruz, integrante del grupo parlamentario federal del PRD, dando a conocer que Diódoro Carrasco ha evadido su responsabilidad y obstaculiza los trabajos de la Subcomisión de Examen Previo para dictaminar la solicitud de juicio político contra Vicente Fox, quedará como lo que es: una verdad sepultada por los intereses privados del poder y sus hombres de paja.
Lo cierto y lo que debe destacarse, es su señalamiento que, con todas estas actitudes, la Comisión de Gobernación está enfilando los trabajos legislativos para que, a partir del mes de noviembre, prescriba toda posibilidad de investigación del tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito de la ex familia presidencial y se pierda toda posibilidad de emprender cualquier acción legal contra el ex presidente. Así, Diódoro Carrasco volvería a ser el hombre de la coyuntura para extenderles el mejor regalo de navidad, dejando en el limbo de la impunidad las acusaciones del tráfico de influencias para el probable enriquecimiento ilegal de los hijos de Martha Sahagún y del propio ex mandatario.
A fin de cuentas, el ahora diputado federal siempre ha soñado con volver a una nueva secretaría de Estado, ahora con el color azul como bandera. Intentó colarse al gabinete del presidente Calderón, en una jugada de muchas bandas de la CNC, pero el ardid no le funcionó. Desde Oaxaca orquestaron tres acciones para apuntalar al nefasto hombre que cobra como secretario de la Sagarpa: la asistencia del senador Adolfo Toledo para completar el quórum el día de su comparecencia; el apoyo de la Ugocep de Margarito Montes para torpedear al Consejo Agrario Permanente; y la recepción del gobernador del Estado al tambaleante secretario, en un acto con organizaciones campesinas en el ex Palacio de Gobierno.
Creo que con la exoneración de Vicente Fox, Diódoro Carrasco puede dejar tendido un puente para seguir facturando cargos políticos por sus componendas con el PAN. Así será consecuente con su historia personal: no tiene amigos, solo intereses por cobrar.
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 5 de septiembre de 2008.
No me extraña que el diputado panista, Diódoro Carrasco Altamirano, se erija en protector y defensor de Vicente Fox Quesada. La noticia sería que el presidente de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados asumiera una posición neutral y permitiera una investigación real sobre las tropelías del hombre que cogobernó con Martha Sahagún y arropó las pillerías de los hijos de ambos matrimonios. A fin de cuentas, su destino personal se escribió al amparo de las oscuras negociaciones para permitir la alternancia del poder en México.
En otras ocasiones he comentado que fueron figuras fundamentales para concretar la “transición democrática” de 2000, el entonces secretario de Gobernación y quien después lo sucedería en el cargo, Santiago Creel Miranda. Así, cuando Carrasco Altamirano se vio en la estacada del cobro de la factura y los priistas solicitaron su expulsión, tuvo la mano amiga de Creel para ser candidato a diputado plurinominal, en una circunscripción totalmente alejada de su natal Oaxaca y, después, encabezar la importante Comisión de Gobernación: llave maestra en la Cámara de Diputados para impedir cualquier investigación o pronunciamiento contra los altos mandos panistas del gobierno federal. Esa es su chamba y es el pago a su buen trabajo en la transición federal del poder priista al mando panista actual.
Por eso, toda la denuncia de la diputada Claudia Cruz, integrante del grupo parlamentario federal del PRD, dando a conocer que Diódoro Carrasco ha evadido su responsabilidad y obstaculiza los trabajos de la Subcomisión de Examen Previo para dictaminar la solicitud de juicio político contra Vicente Fox, quedará como lo que es: una verdad sepultada por los intereses privados del poder y sus hombres de paja.
Lo cierto y lo que debe destacarse, es su señalamiento que, con todas estas actitudes, la Comisión de Gobernación está enfilando los trabajos legislativos para que, a partir del mes de noviembre, prescriba toda posibilidad de investigación del tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito de la ex familia presidencial y se pierda toda posibilidad de emprender cualquier acción legal contra el ex presidente. Así, Diódoro Carrasco volvería a ser el hombre de la coyuntura para extenderles el mejor regalo de navidad, dejando en el limbo de la impunidad las acusaciones del tráfico de influencias para el probable enriquecimiento ilegal de los hijos de Martha Sahagún y del propio ex mandatario.
A fin de cuentas, el ahora diputado federal siempre ha soñado con volver a una nueva secretaría de Estado, ahora con el color azul como bandera. Intentó colarse al gabinete del presidente Calderón, en una jugada de muchas bandas de la CNC, pero el ardid no le funcionó. Desde Oaxaca orquestaron tres acciones para apuntalar al nefasto hombre que cobra como secretario de la Sagarpa: la asistencia del senador Adolfo Toledo para completar el quórum el día de su comparecencia; el apoyo de la Ugocep de Margarito Montes para torpedear al Consejo Agrario Permanente; y la recepción del gobernador del Estado al tambaleante secretario, en un acto con organizaciones campesinas en el ex Palacio de Gobierno.
Creo que con la exoneración de Vicente Fox, Diódoro Carrasco puede dejar tendido un puente para seguir facturando cargos políticos por sus componendas con el PAN. Así será consecuente con su historia personal: no tiene amigos, solo intereses por cobrar.