1 de marzo de 2009

IRA PRESIDENCIAL.

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ.

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 27 de febrero de 2009.

Por sus actitudes, y la de sus corifeos, realmente Felipe Calderón está desesperado. Hace unos días comió con la dirigencia nacional del PRI y algunos gobernadores. Ahí, el Presidente montó en cólera, porque los priistas no aceptaron que los estados y los municipios se responsabilizaran de la lucha contra el narcotráfico.

La derrota mediática y las constantes muertes de militares en la campaña contra el narcotráfico, han de estar causando escozor entre los altos mandos del ejército y deben estar tensando las cuerdas emocionales de un Presidente que armó un operativo, pero no una estrategia, para combatir al narcotráfico. Dos años después de iniciado su gobierno, y después de legitimarse mediante el uso de la fuerza pública contra el supuesto enemigo débil, Felipe Calderón ha de estar resintiendo los primeros conflictos por una guerra que comenzó, sin saber sus alcances y consecuencias. Sin embargo, era obvia la negativa priista, porque los iban a enviar a una guerra sin fusiles ni recursos. Los estaban induciendo a la batalla, pero los recursos iban a continuar en manos del gobierno federal.

Haciéndose eco de la ira presidencial, el monaguillo de cara compungida que coordina la presidencia del PAN, aseveró que durante los gobiernos priistas surgió el narcotráfico. No fue lejos por la respuesta. El secretario general del PRI calificó de “estúpida” su declaración. El problema de Germán Martínez es que encabeza una maniquea campaña para tratar de identificar al PRI con el narcotráfico, sin entender que los resultados de las encuestas tienen como base el hartazgo de la gente ante la incapacidad de los panistas para gobernar.

Pero también la ira presidencial debe basarse en su comprensión de haber entregado la administración a una verdadera caterva de incapaces, que ni le ayudan, pero sí lo empinan ante la opinión pública. No hace mucho, el secretario de Turismo y la secretaria de Relaciones Exteriores acusaron a la prensa de magnificar la violencia del narcotráfico, cuando, según ellos, la violencia estaba localizada en no más de tres estados y estaba totalmente ausente en las zonas turísticas. Como si el asesinato de un general en Cancún se hubiera hecho en algún mundo extraterrestre.

Después, el sainete continuó con las desafortunadas declaraciones del secretario del Trabajo, Javier Lozano, demostrando insensibilidad e incapacidad argumentativa para contestarle a un Carlos Slim que abrió fuego mediático contra el deseo presidencial de ignorar el tamaño de la crisis económica que vive el país. Ni que decir del “burro prieto” que cobra como secretario de la Sagarpa, quien sólo atinó a balbucir una sarta de incoherencias, muy propias en él.

Continuó Luis Téllez, secretario de Comunicaciones y Transporte, con la novatada de dejar grabada una declaración acusando a un ex presidente, sin fundamento legal; pero además, dejando otras constancias grabadas del conflicto entre la gente del gabinete y con los grupos de presión del poder económico que cogobierna el país. El último rebuzno lo dio el secretario de Economía, en París, al hacer una declaración pública en cuestiones de seguridad, cuando no le competen ni tiene conocimiento sobre el asunto. El pobre hombre, que no ata ni desata en el área económica donde cobra, se metió en camisa de once varas, por no conectar la lengua con el cerebro, antes de abrir la boca.

Con un equipo así, el presidente Calderón debe estar más que irascible. Su gabinete presidencial día con día confirma que se caracteriza por la mediocridad, la ineptitud y la ineficacia.