31 de agosto de 2009

PLANEACIÓN IRREAL

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 31 de agosto de 2009.

El bajo desempeño económico de nuestra entidad arroja resultados desastrosos en los índices sociales, como el de marginación. En 30 años, Oaxaca ha escalado dos lugares, para situarse sólo por encima de Chiapas y Guerrero, Estados con los que comparte la base indígena, la propiedad comunal de las tierras y la organización solidaria de las comunidades.

Sin embargo, a pesar de constatar, con los datos duros de los diagnósticos de los planes estatales de desarrollo, que la población estatal se organiza a partir de la solidaridad colectiva; a pesar de confirmar que el 67% de las tierras del Estado tienen vocación forestal fundamentalmente, y, de ellas, la totalidad de los bosques se encuentran en los terrenos comunales y ejidales; además de que la totalidad de los recursos minerales metálicos y no metálicos se encuentran también en las tierras comunales y ejidales, todos los gobiernos estatales, a la hora de establecer la planificación del desarrollo, irremediablemente repiten el esquema federal de impulsar la industrialización mediante el establecimiento y el fortalecimiento de la empresa privada, como motor del crecimiento económico, identificando este concepto con el desarrollo tan deseado.

Hasta hoy, los gobiernos estatales no han terminado de comprender que el esquema de industrialización privada, propuesto por la federación, funciona sólo de la zona Centro hacia el Norte del país, donde la propiedad privada de la tierra y los ejidos son la forma de propiedad predominante en la posesión de los territorios. Esa incomprensión de la realidad estatal ha permitido que todos los planes estatales de desarrollo insistan en la necesidad de incrementar la productividad económica, identificándola con la industrialización privada y la tecnificación, para lo cual impulsan, entre otros programas, un proceso educativo de vinculación entre las aulas e industrias estatales inexistentes.

Con mayor o menor énfasis, todos los gobiernos oaxaqueños insisten en este modelo de crecimiento económico. Por eso, las casi tres décadas que han transcurrido, desde que se inició el proceso de planificación del desarrollo, primero en el gobierno federal, después en el estatal, han dado por resultado constantes y permanentes bajos índices de desarrollo, pero los datos del incesante crecimiento de la pobreza y la marginación no han sido prueba suficiente para que las administraciones hagan un alto para analizar el proceso seguido hasta hoy o para meditar sobre las causas de la persistencia de la pobreza, la marginación y la desigualdad. Si así lo hicieran, se darían cuenta de la realidad comunal y solidaria que los propios diagnósticos gubernamentales muestran y se percatarían que han estado planeando un desarrollo utópico y basado en una irrealidad. Así, el propio gobierno ha sido el generador del círculo vicioso del atraso y la marginación.

Los gobiernos oaxaqueños han planificado el proceso de desarrollo sobre una base falsa. Los diagnósticos de los planes muestran una sociedad y una situación socioeconómica, política, cultural y física que es inmediatamente desechada y olvidada, en el momento de establecer los objetivos, las metas y las políticas públicas para alcanzarlas. La base social oaxaqueña, la organización de la sociedad, jamás ha sido considerada en la planificación del proceso de crecimiento económico. Sobre una base de propiedad comunal, los gobiernos han querido impulsar la industrialización privada; sobre una sociedad con organización solidaria, han querido implantar el egoísmo y la avaricia de la empresa privada.

Ése es el error básico que impulsa nuestro círculo vicioso de más pobreza y marginación. Y luego, nuestros gobernantes se asombran cuando los pueblos se enfurecen y asaltan las instalaciones de las empresas privadas o cuando no las dejan establecerse en sus territorios. Lo más fácil es acusar, entonces, a la propiedad comunal, y a la sociedad india que la cobija y defiende, como obstáculos del desarrollo, sin terminar de entender que el proceso de desarrollo, para Estados como Oaxaca, no solo pasa por la propiedad privada, ni solo por las empresas de apropiación privada del excedente producido.

29 de agosto de 2009

NEOLIBERALES OAXAQUEÑOS

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 28 de agosto de 2009.

Nada mejor para ejemplificar el absurdo concepto del gobierno federal y el estatal sobre el desarrollo de la entidad, como el caso de las empresas aerogeneradoras de electricidad con las que se han vanagloriado, desde el presidente de la República hasta el gobernador del Estado, pero sólo están dejando verdaderas miserias entre los dueños de las tierras donde están establecidas.

Hace unos días, un grupo de comuneros de la agencia municipal de La Ventosa, del municipio de Juchitán, denunciaron a la empresa española Iberranova por pagarles, en total, 5 mil 257 pesos anuales por hectárea de tierra donde tienen montados sus aerogeneradores. El representante de los comuneros destacó que la empresa obtiene alrededor de 707 millones 370 mil pesos al vender los aproximadamente 20 mil 400 kilowatts de electricidad generados anualmente. Como se puede observar, la empresa obtiene una ganancia de 701 millones 850 mil pesos anuales, mientras los dueños de las tierras siguen viendo pasar los vientos huracanados del Istmo de Tehuantepec y reciben verdaderas migajas del supuesto negocio del siglo XXI.

A principios de este año, el presidente Felipe Calderón lanzó una memorable frase para los medios de comunicación. Dijo, en ese entonces: “Hay viento favorable para Oaxaca”, para inmediatamente agregar que la inauguración de las centrales de energía eólica “es una muestra de que con trabajo y unidad, se pueden consolidar proyectos de rentabilidad y sustentables para las familias pobres del país” (Tiempo, 23/01/2009). Lo cierto es que las empresas aerogeneradoras de electricidad son un verdadero negocio, pero para las empresas españolas y algunos inversionistas privados mexicanos, y casi no dejan ningún beneficio para los habitantes de la región donde se establecen; tampoco para las arcas estatales, porque los impuestos producidos se pagan en el Distrito Federal o en las ciudades matrices de estas empresas. Ninguna de ellas tiene sus oficinas centrales establecidas en Oaxaca.

Las empresas aerogeneradoras de electricidad tienen el mismo esquema de funcionamiento de las transnacionales, que tanto daño le han hecho a todos los países pobres donde se establecen. Su lógica productiva es muy sencilla: utilizan la mano de obra barata y todos los implementos tecnológicos los importan de sus países matrices; incluso, la materia prima la traen de los lugares donde les garantizan precios más bajos y no consumen los del país donde se establecen. Por lo general, sólo pagan verdaderas miserias en sueldos y salarios, mientras dejan polución y rompen las estructuras sociales de las comunidades donde se establecen. No por nada, las empresas aerogeneradoras de electricidad son empresas transnacionales implantadas en el Istmo de Tehuantepec.

Ése es el esquema tan difundido y defendido por nuestros gobiernos federal y estatal. Es el esquema que los incapacitados funcionarios gubernamentales han peleado por establecer como la panacea para impulsar el desarrollo de la entidad, sin percatarse que sólo están siguiendo la dinámica nacional impuesta por las instituciones financieras internacionales, a partir del supuesto Consenso de Washington que definió, entre otras cosas, la supuesta inefabilidad del libre mercado, el monetarismo y la reducción de las funciones del Estado.

Casi sin saberlo, nuestros neoliberales gobernantes son los mayordomos del dinero y los verdugos de sus pueblos.

27 de agosto de 2009

PLANEACIÓN DEL DESARROLLO

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 24 de agosto de 2009.

Junto con el deseo del gobierno federal de planificar el desarrollo del país, desde 1981 hasta hoy, todos los gobernadores oaxaqueños han elaborado un plan estatal de desarrollo. En todos ellos, la constante es el reconocimiento de la entidad como uno de los más pobres y con los más bajos índices de desarrollo de la nación. Desde entonces, también, los planes insisten en la necesidad de impulsar el crecimiento económico para producir e incrementar la riqueza, dar empleos a los oaxaqueños y elevar los niveles de bienestar de la población.

Para ello, los documentos insisten reiteradamente en la necesidad de crear más empresas, especialmente del sector privado, porque los consideran el único medio para generar la mayor cantidad de empleos posible. Así, la meta fundamental ha sido la industrialización del estado, especialmente la vinculada al sector manufacturero, por considerarla la mayor productora de valor agregado para la materia prima estatal. En todos los planes, también, se ha identificado el concepto de desarrollo con la idea del crecimiento económico. Para quienes los han elaborado, la industrialización incrementará la producción de artículos manufacturados, haciendo crecer el Producto Interno Bruto estatal y el producto per cápita. Con mayor industrialización, habría más empleo y más desarrollo.

El gran problema empieza cuando observan la realidad y comienzan la planificación. Si bien, a Pedro Vázquez Colmenares le tocó gobernar todavía con el esquema económico de la economía mixta, en 1987 comenzó el desmantelamiento del Estado empresario, para dar paso a las políticas neoliberales del Estado gendarme y la venta de todas las industrias paraestatales. A partir de ese sexenio, las políticas económicas del gobierno federal se encaminaron a impulsar la empresa privada, como única posibilidad viable de generar riqueza.

Toda esta dinámica planificadora se generó, a pesar de que los diagnósticos de los planes de desarrollo son muy precisos en demostrar que sólo el 13% del territorio estatal se encuentra en manos de propietarios privados. La mayor parte de las tierras del estado, el 87% del total, se encuentran en manos de las comunidades y los ejidos. También, en los tres últimos planes, se establece que 418 municipios, de los 570 del total, eligen a sus autoridades municipales con el sistema de usos y costumbres, nombrándolos en votaciones directas, a mano alzada, en una asamblea de ciudadanos con muchos rasgos precolombinos y muchas características conformadas durante la época colonial. El otro 25 por ciento de los municipios elige a sus autoridades mediante el sistema de partidos políticos.

En lo general, se puede observar una relación casi directa entre aquellos municipios que tienen en propiedad privada sus tierras, o al menos en ejidos, y el sistema de elecciones por partidos políticos; pero, donde se puede observar mejor la relación entre la forma de elección y el tipo de propiedad de la tierra, es en aquellos municipios donde eligen a sus autoridades por el sistema de usos y costumbres que se correlaciona con la propiedad colectiva de la tierra; estos municipios se gobiernan y mantienen sus relaciones sociales a partir de un sistema de cargos, donde la administración municipal es vista como un servicio gratuito a la comunidad y como parte de las responsabilidades que conlleva el ser miembro de la comuna y tener tierras en propiedad comunal.

En esos diagnósticos, también se puede observar la casi nula existencia de una industria mediana, pero especialmente la grande —aquella donde laboran más de 200 personas— en el territorio estatal. Por ejemplo, en el periodo de Pedro Vázquez Colmenares había 14 grandes empresas, 10 de ellas eran empresas paraestatales y sólo 4 eran privadas. 25 años después, el gobernador Ulises Ruiz reconoce la existencia de sólo 5 grandes empresas; la más grande es la refinería de PEMEX en Salina Cruz, de propiedad estatal; también reconocía que, de 1981 a la fecha, sólo se habían creado 2 empresas grandes: la Compañía Manufacturera de Plástico en El Tule y la Cervecera del Trópico en Tuxtepec. La mayor parte de las unidades económicas eran microempresas, casi la mitad eran tortillerías y panaderías.

Sobre esas bases reales, los gobiernos estatales planificaron un desarrollo utópico que sólo produjo más miseria y más marginación.

24 de agosto de 2009

BRONX LEGISLATIVO

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 21 de agosto de 2009.

Tal parece que nuestros diputados federales electos viven en el sueño de los justos. Mientras en las cámaras de senadores y diputados ya se discuten las propuestas y alternativas para enfrentar la crisis económica del país, la mayoría de los diputados oaxaqueños se han perdido en el anonimato de sus casas, mientras otros se unen a la Gira del Presupuesto, que su presunto Coordinador organiza para recabar demandas y solicitudes, supuestamente para obtener más presupuesto federal el próximo año.

Mientras el secretario de Hacienda ya anunció un faltante de 300 mil millones de pesos con respecto al presupuesto de este año, los diputados federales oaxaqueños -o su presunto coordinador-, están soñando traer un presupuesto mayor del ejercido este año; claramente, la coordinación de la bancada oaxaqueña en el congreso federal está caminando en un carril diferente al de la realidad económica del gobierno federal. Está sembrando esperanzas que se le pueden revertir el próximo año, netamente electoral en la entidad.

Mucha razón tiene el gobernador Ulises Ruiz al declarar: “El que piense que somos muy chingones porque ganamos en julio pasado, se equivoca. Nadie gana elecciones en una crisis como la que vive el país”. Ésa, precisamente, debía ser la divisa de los funcionarios y los políticos oaxaqueños. El próximo año será de campaña electoral para elegir gobernador, diputados locales y presidentes municipales. Con el recorte presupuestal federal, el gobierno estatal no podrá afrontar ni siquiera los compromisos ya contraídos. No solo se atrasarán las supercarreteras al Istmo y la Costa, sino también todos los programas de obras e infraestructura social. Eso quiere decir que, el próximo año, el gobierno estatal no podrá satisfacer las demandas recogidas en la Gira del Presupuesto. Andan pepenando demandas que no podrán satisfacer.

Lo más grave es que, a nivel federal, hay ya dos grandes corrientes que se van a confrontar en el Congreso de la Unión. Por un lado, están los diputados del PAN —y sus aliados—, los representantes de las organizaciones empresariales y los funcionarios federales exigiendo una reforma hacendaria, para aplicar el IVA a alimentos y medicinas, y el establecimiento de otros impuestos; una nueva reforma energética, para privatizar PEMEX; una reforma laboral para establecer el pago por horas laboradas y el combate contra los sindicatos; y el alza del precio de las gasolinas, la electricidad y los servicios del gobierno. Por la otra, van a estar los diputados de las corrientes opositoras al régimen, tratando de ganar la simpatía del electorado negándose a aprobar las propuestas conservadoras, pero sin una clara definición de cuáles serían las alternativas para salir de la crisis, sin terminar de vaciar el bolsillo de los trabajadores mexicanos.

En medio de esta disyuntiva llegarán los diputados oaxaqueños a San Lázaro, con un montón de demandas y solicitudes levantadas por su Coordinador, pero sin una idea precisa y clara de cuál es la propuesta oaxaqueña para salir del shock económico diagnosticado por el doctor Carstens, secretario de Hacienda. Como van las cosas, lo más seguro es que volverán a ser parte del Bronx legislativo: la pelusa, como ya lo fue la mayoría en la antepasada legislatura. Serán, pues, levantadedos y peleoneros, porque no supieron consensuar una alternativa viable, imaginativa y creadora para presentar, como fracción, en la trituradora política de la próxima legislatura federal.

17 de agosto de 2009

DESARROLLO COMO CONCEPTO

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 17 de agosto de 2009.

La idea del desarrollo es la continuidad de dos nociones anteriores surgidas en el pensamiento científico occidental: la evolución y el progreso. Las tres presuponen la existencia de un proceso de cambio continuo, siempre en ascenso y siempre mejor que la etapa anterior. Durante mucho tiempo, el desarrollo se retomó como una metáfora de connotación positiva, en el sentido de concretar las potencialidades intrínsecas de organismos, personas y grupos humanos, especialmente los menos desarrollados: los países pobres. Poco a poco, se pasó del ámbito de lo orgánico-reproductivo hacia la asociación con la industrialización y, después, a su vinculación con el mercado y ahora retomamos al ser humano como centro de la atención.

Tras la Segunda Guerra Mundial, por primera vez, el presidente norteamericano Harry Truman utilizó el concepto de subdesarrollo como antónimo del desarrollo, para definir a los países con falta de capital y tecnología para explotar los recursos de su entorno. Como corolario, se planteó la necesidad de inducir e impulsarlos en la carrera para alcanzar los niveles de vida y consumo de los países industrializados.

Durante las décadas de los sesenta y setenta, el concepto había devenido en dos teorías de la economía y la sociología. En el ámbito del enfrentamiento entre el capitalismo y el socialismo, entre Estados Unidos y la URSS, los científicos sociales se agruparon en torno a la teoría de la modernización y la teoría de la dependencia y el intercambio desigual. Sin embargo, a pesar de sus divergencias, ambas teorías compartieron algunos supuestos. En los dos bandos, el desarrollo se consideraba sinónimo de una combinación de crecimiento económicos y redistribución de ingresos; ambos partían de los entornos nacionales y olvidaban las escalas regionales o locales para impulsarlo; además, suponían que era un proceso irreversible; y, por último, consideraban infinitos los recursos naturales y no tomaban en cuenta la conservación de los ecosistemas.

En el entorno del desarrollo capitalista, nuestra área geográfica, la teoría de la modernización fue uno de los paradigmas más influyentes, universalizada a partir de la teoría del crecimiento de Walt Rostow, quien en 1955 estableció, en su libro Las etapas del crecimiento económico. Un manifiesto no comunista, cinco etapas para alcanzar el desarrollo: 1) sociedad tradicional; 2) condiciones previas al despegue; 3) despegue; 4) marcha hacia la madurez; 5) sociedad de consumo de masas. El éxito de su teoría impulsó a la identificación entre “desarrollo económico” y “modernización”, como sinónimo de la transformación de las sociedades tradicionales en sociedades capitalistas.

Las críticas a la teoría del desarrollo, identificada como modernización socio-económica, se dividieron en dos bandos contrapuestos: los “conservadores”, como Peter Bauer y Harry Jonhson, eran partidarios de reducir al máximo la intervención del Estado en el mercado y los “neomarxistas”, como Paul Baran, Arghiri Emmanuel y Samir Amin, interpretaron la teoría de la modernización como una ideología ocultadora de las relaciones de dependencia y servidumbre de los países pobres.

La crisis económica de finales de los años setenta puso en duda la visión desarrollista y en tela de juicio su eficacia para elevar niveles de vida y bienestar. Las políticas de ajuste del Fondo Monetario Internacional y el desmantelamiento del Estado de Bienestar, abrieron paso a nuevas formas de política económica que desembocaron en las políticas económicas neoliberales.

En medio de esas discusiones, surgió la conciencia de los límites ecológicos del crecimiento que se concretó en el concepto de “desarrollo sustentable”. Así, la separación entre los conceptos de crecimiento económico y desarrollo se acentuó en los años ochenta, cuando los organismos de Naciones Unidas comenzaron a reconocer que era posible incrementar el crecimiento económico de un país, sin que se produjera un incremento paralelo de bienes sociales como la salud, la educación, las libertades básicas o la elevación equitativa del nivel de renta de la población. Es el crecimiento con desigualdad económica, la forma generalizada de desenvolvimiento económico de nuestros países.

La conciencia de estas insuficiencias del concepto de desarrollo, entendido como crecimiento económico, condujo a la noción de “desarrollo humano” o “desarrollo social”, donde se privilegia la adquisición de capacidades y la libertad de elección del individuo, como punto de partida de una noción mucho más completa que la unilateral definición anterior.

14 de agosto de 2009

FARSA PRESUPUESTAL

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 14 de agosto de 2009.

Cuando leo los pronunciamientos del diputado electo, Eviel Pérez Magaña, en la Gira del Presupuesto, me queda la duda de si es un farsante o un verdadero ignorante desinformado. En sus planteamientos hay una gran confusión o, al menos, desinformación.

Hasta donde sabemos, casi todos los programas ejecutados en la entidad son financiados y ejercidos por el gobierno federal. La Cámara de Diputados federal aprueba un presupuesto general, concretado en los Ramos administrativos y desglosado, después, en programas y subprogramas por las dependencias ejecutoras federales, quienes, a su vez, transfieren recursos a las delegaciones estatales para ejecutar las acciones propuestas, a partir de las demandas de los ciudadanos, las organizaciones y los gobiernos estatales.

Desde esa perspectiva, no sé qué va hacer el diputado Pérez o los demás diputados con las demandas recogidas, si realmente no disponen de recursos para resolver las peticiones. Por ejemplo, si una comunidad solicita una red de distribución de agua potable, los diputados no tienen ninguna posibilidad de solucionar la demanda, pues solo lo pueden hacer los ejecutivos federal, estatal o municipal. Luego entonces, toda la demanda social recabada por el diputado Pérez se convertirá en próximas presiones para el Ejecutivo estatal, porque las dependencias federales no tendrán ningún interés en solucionar problemas generados por un diputado priista.

Al final del camino, quienes cargarán con el descontento de las demandas no cumplidas y las esperanzas insatisfechas, serán el gobierno estatal y el PRI, en plena campaña electoral y todo porque uno de sus diputados busca ser precandidato al Gobierno del Estado o, al menos, considerado en el próximo gabinete gubernamental.

Esto viene a colación, porque el secretario de Hacienda, Agustín Cartens, declaró en días pasados que, para el siguiente año, habrá un faltante de 300 mil millones de pesos en el presupuesto público. Es decir, el próximo año habrá menos dinero para ejercer. Si en 2010, el presupuesto federal será menor al actual, no comprendo cómo piensa el diputado Pérez cumplir su promesa de incrementar el monto del presupuesto estatal actual. Si bien nos va, el gobierno estatal tendrá casi la misma cantidad de este año. Aunque, lo más seguro es que nos reduzcan el presupuesto, al menos en términos reales.

Las expectativas incumplidas pueden generar un rechazo electoral mayúsculo, el próximo año. Los diputados están cometiendo el error de prometer, lo que no pueden cumplir. Si el diputado Pérez Magaña estuviera enterado del tamaño del desastre financiero del próximo año, cancelaría inmediatamente su gira de ilusiones vanas, y debería inmiscuirse en la organización territorial del PRI, con vistas a las próximas elecciones locales. Nunca deben olvidar que estas elecciones las ganó el voto duro priista y que la ingeniería electoral es una quimera, aunque muy bien pagada.

En lugar del desperdicio de recursos humanos y financieros, además del tiempo consumido, el diputado electo por Tuxtepec bien haría en leer la Constitución federal, el reglamento interno de la Cámara y la legislación federal, porque los problemas nacionales y sus soluciones ya le llegarán en resúmenes ejecutivos de los asesores de la Coordinación de la bancada priista. Así se enteraría de cuáles son sus funciones reales y la máxima legal de que los funcionarios sólo pueden hacer lo que la Ley les obliga.

7 de agosto de 2009

ESQUIZOFRENIA POLÍTICA

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 7 de agosto de 2009.

Verdaderamente, los panistas y su dirigencia, la real y la formal, viven en el limbo de la esquizofrenia política. Al parecer, hasta hoy no se han percatado que perdieron el control del poder legislativo, tienen a la población descontenta y en la mayoría de los estados del país ya no gobiernan, ni tienen la más remota posibilidad de recuperar lo perdido.

El desapego con la realidad política ha inducido al dirigente real del PAN, el presidente Felipe Calderón, al triunfo pírrico de imponer a su ex secretario particular en la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PAN. Quizá si su equipo de campaña, encabezado por el fracasado Germán Martínez, hubieran triunfado en las pasada contienda electoral, el Presidente tuviera la justificación moral y ética para asumirse como jefe del partido en el poder; sin embargo, su derrota debía plantarlo en la realidad de su fracaso político. Probablemente, el error presidencial provenga de la magnificación de su triunfo contra Vicente Fox y López Obrador, sin terminar de entender que, el primero, es un pobre discapacitado intelectual, político y de lenguaje, encumbrado por oscuras negociaciones con Ernesto Zedillo y, contra el segundo, triunfó por el voto empresarial y de los priistas, espantados ante la posibilidad de ser gobernados por un aprendiz de dictador mesiánico de opereta.

Por otra parte, los dirigentes formales del PAN planean, como si nada hubiera pasado, impulsar las viejas reformas económicas y políticas, tan caras a los conservadores mexicanos. Para comenzar, se regodean con la idea de alcanzar la tan buscada reelección inmediata de legisladores y presidentes municipales, sin comprender que el PRI ha hecho de la no reelección su modo de operación, porque lo contrario limitaría la capilaridad política entre sus filas.

También persisten en la necesidad de la generalización del IVA en alimentos y medicinas. Amarrados de la mano con los principales empresarios del país, insisten en la necesidad de que la población pague los platos rotos del desbarajuste económico que ellos mismos generaron, por su incapacidad administrativa y su ambición por conseguir las más altas cuotas de ganancias. Los panistas también creen que ahora podrán impulsar las reformas a las leyes laborales, para desaparecer a los sindicatos y hacer trabajar por horas a los mexicanos y con los sueldos miserables pagados por las empresas mexicanas. Pero donde verdaderamente están fuera de la realidad, es en su deseo manifiesto para obtener la segunda generación de las reformas energéticas, un eufemismo para encubrir su disposición de privatizar Pemex.

A nivel nacional, los panistas viven en una total irrealidad y planean sus próximos pasos políticos, como si su derrumbe electoral fuera ficticio. Como si el PRI no tuviera como meta el retorno a Los Pinos y como si México aún tuviera la necesidad de revivir el amasiato salinista y el panismo de Fernández de Cevallos.

Por su parte, en Oaxaca, la dirigencia panista clama por una oposición unida, donde ellos lleven la batuta, sin darse cuenta que los minipartidos y la dirigencia política opositora subsisten en función de las dádivas económicas del gobierno estatal, del mismo que dicen combatir y al que no le conviene su posible unión. Sin estructura organizativa, desconocedores de la doctrina y sin liderazgo social ni político, los panistas de Oaxaca viven en la misma irrealidad política de sus correligionarios en el país. Así, muy poco podrán hacer en el próximo proceso electoral y ni siquiera servirán para legitimar el ya tan cantado próximo triunfo priista.

6 de agosto de 2009

ASESINO MATERIAL

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 3 de agosto de 2009.

A mediados del mes pasado, el defensor del presunto asesino de Brad Will anunció que había conseguido un amparo para impedir una supuesta extradición de su cliente a Estados Unidos. Muchos interesados en el tema nos preguntamos del origen de la presunción. La respuesta casi la tuvimos cuando, el 29 de julio supimos que, lentamente, las argucias legales se les van cerrando y cada día ven más cercana la sentencia de culpabilidad de Juan Manuel Martínez Moreno. Su última esperanza era la presión de la propaganda mediática impulsada por las ONGs nacionales y las organizaciones periféricas de derechos humanos de la guerrilla, además de aquellas recién surgidas en Estados Unidos, para convencer a las autoridades norteamericanas de la existencia de una investigación policíaca sesgada en México.

Ya les había fallado la presión de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, porque el actual Presidente de esa malograda institución ha logrado generalizar la desconfianza en sus recomendaciones. Por eso, no les quedó más que utilizar a sus correligionarios en Estados Unidos para presionar al Departamento de Estado y a algunos representantes federales. Así, no hace mucho tiempo, algunos políticos norteamericanos se pronunciaron para exigir la necesidad de una investigación imparcial, con la presencia de organismos internacionales, para garantizar la pulcritud de los procedimientos. Bajo la presión del gobierno norteamericano, la Procuraduría General de la República impulsó una reconstrucción de hechos en los lugares del asesinato. Para las conclusiones, invitaron a integrantes de la Real Policía Montada canadiense, quienes estuvieron en el lugar de los hechos, el 14 de julio pasado. Sin embargo, a diferencia de la estrategia planeada, a los appistas les salió el tiro por la culata.

El resultado de la investigación, publicado en el periódico Milenio, el 29 de julio pasado, confirmó las conclusiones ya presentadas por la anterior procuradora de justicia de Oaxaca, Lizbeth Caña Cadeza, en noviembre de 2006 y confirmadas por la PGR en investigaciones posteriores: el asesinato de Brad Will fue hecho por un solo tirador, quien le disparó casi a quemarropa y en ángulo oblicuo; el segundo disparo fue hecho cuando era trasladado del lugar donde cayó, hacia el vehículo para llevarlo a la Cruz Roja. El asesino es uno de los supuestos camaradas del camarógrafo. Ésa es la verdadera miseria humana generada en movimientos radicalizados y entre personas sin preparación académica, inducidos a la radicalización política. No miden las consecuencias de sus acciones y ven el asesinato como algo cotidiano para alcanzar sus metas: “el fin justifica los medios”, creen haber entendido de Maquiavelo.

En alguno de mis artículos he lanzado la hipótesis de la posibilidad de que el asesino pudo haber tenido en mente aquella vieja escena donde un periodista norteamericano es asesinado a mansalva por un militar nicaragüense. Hecho que desencadenó el abandono de Estados Unidos al entonces presidente Somoza y el posterior triunfo de la revolución sandinista. Nadie me quita de la cabeza que el desquiciado quiso repetir la historia, para generar una tensión internacional que obligara al gobierno federal mexicano a destituir al gobernador oaxaqueño. Sin embargo, las cosas por su propio peso caen.

Así como la marejada de la violencia appista se desvaneció en medio de la decisión de la fuerza pública federal para imponer la paz social en Oaxaca y así como el llamado revolucionario de la Sección 22 se diluyó al obtener la nivelación salarial por zona de vida cara y las prebendas del gobierno estatal a sus dirigentes, la pleamar también está poniendo en su lugar al, hasta hoy, supuesto asesino de Brad Will, quien será el único y el último de los pobres ilusos que purguen una condena carcelaria, sin saber que fueron utilizado políticamente para que algunos llegaran a las diputaciones federales, a las senadurías, incluyendo las suplencias, y para que se resolvieran las disputas entre las camarillas políticas oaxaqueñas. Espero que ésta sea una enseñanza para movimientos futuros y para detener fantasías asesinas de los resentimientos sociales mal encaminados.