FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 14 de agosto de 2009.
Cuando leo los pronunciamientos del diputado electo, Eviel Pérez Magaña, en la Gira del Presupuesto, me queda la duda de si es un farsante o un verdadero ignorante desinformado. En sus planteamientos hay una gran confusión o, al menos, desinformación.
Hasta donde sabemos, casi todos los programas ejecutados en la entidad son financiados y ejercidos por el gobierno federal. La Cámara de Diputados federal aprueba un presupuesto general, concretado en los Ramos administrativos y desglosado, después, en programas y subprogramas por las dependencias ejecutoras federales, quienes, a su vez, transfieren recursos a las delegaciones estatales para ejecutar las acciones propuestas, a partir de las demandas de los ciudadanos, las organizaciones y los gobiernos estatales.
Desde esa perspectiva, no sé qué va hacer el diputado Pérez o los demás diputados con las demandas recogidas, si realmente no disponen de recursos para resolver las peticiones. Por ejemplo, si una comunidad solicita una red de distribución de agua potable, los diputados no tienen ninguna posibilidad de solucionar la demanda, pues solo lo pueden hacer los ejecutivos federal, estatal o municipal. Luego entonces, toda la demanda social recabada por el diputado Pérez se convertirá en próximas presiones para el Ejecutivo estatal, porque las dependencias federales no tendrán ningún interés en solucionar problemas generados por un diputado priista.
Al final del camino, quienes cargarán con el descontento de las demandas no cumplidas y las esperanzas insatisfechas, serán el gobierno estatal y el PRI, en plena campaña electoral y todo porque uno de sus diputados busca ser precandidato al Gobierno del Estado o, al menos, considerado en el próximo gabinete gubernamental.
Esto viene a colación, porque el secretario de Hacienda, Agustín Cartens, declaró en días pasados que, para el siguiente año, habrá un faltante de 300 mil millones de pesos en el presupuesto público. Es decir, el próximo año habrá menos dinero para ejercer. Si en 2010, el presupuesto federal será menor al actual, no comprendo cómo piensa el diputado Pérez cumplir su promesa de incrementar el monto del presupuesto estatal actual. Si bien nos va, el gobierno estatal tendrá casi la misma cantidad de este año. Aunque, lo más seguro es que nos reduzcan el presupuesto, al menos en términos reales.
Las expectativas incumplidas pueden generar un rechazo electoral mayúsculo, el próximo año. Los diputados están cometiendo el error de prometer, lo que no pueden cumplir. Si el diputado Pérez Magaña estuviera enterado del tamaño del desastre financiero del próximo año, cancelaría inmediatamente su gira de ilusiones vanas, y debería inmiscuirse en la organización territorial del PRI, con vistas a las próximas elecciones locales. Nunca deben olvidar que estas elecciones las ganó el voto duro priista y que la ingeniería electoral es una quimera, aunque muy bien pagada.
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 14 de agosto de 2009.
Cuando leo los pronunciamientos del diputado electo, Eviel Pérez Magaña, en la Gira del Presupuesto, me queda la duda de si es un farsante o un verdadero ignorante desinformado. En sus planteamientos hay una gran confusión o, al menos, desinformación.
Hasta donde sabemos, casi todos los programas ejecutados en la entidad son financiados y ejercidos por el gobierno federal. La Cámara de Diputados federal aprueba un presupuesto general, concretado en los Ramos administrativos y desglosado, después, en programas y subprogramas por las dependencias ejecutoras federales, quienes, a su vez, transfieren recursos a las delegaciones estatales para ejecutar las acciones propuestas, a partir de las demandas de los ciudadanos, las organizaciones y los gobiernos estatales.
Desde esa perspectiva, no sé qué va hacer el diputado Pérez o los demás diputados con las demandas recogidas, si realmente no disponen de recursos para resolver las peticiones. Por ejemplo, si una comunidad solicita una red de distribución de agua potable, los diputados no tienen ninguna posibilidad de solucionar la demanda, pues solo lo pueden hacer los ejecutivos federal, estatal o municipal. Luego entonces, toda la demanda social recabada por el diputado Pérez se convertirá en próximas presiones para el Ejecutivo estatal, porque las dependencias federales no tendrán ningún interés en solucionar problemas generados por un diputado priista.
Al final del camino, quienes cargarán con el descontento de las demandas no cumplidas y las esperanzas insatisfechas, serán el gobierno estatal y el PRI, en plena campaña electoral y todo porque uno de sus diputados busca ser precandidato al Gobierno del Estado o, al menos, considerado en el próximo gabinete gubernamental.
Esto viene a colación, porque el secretario de Hacienda, Agustín Cartens, declaró en días pasados que, para el siguiente año, habrá un faltante de 300 mil millones de pesos en el presupuesto público. Es decir, el próximo año habrá menos dinero para ejercer. Si en 2010, el presupuesto federal será menor al actual, no comprendo cómo piensa el diputado Pérez cumplir su promesa de incrementar el monto del presupuesto estatal actual. Si bien nos va, el gobierno estatal tendrá casi la misma cantidad de este año. Aunque, lo más seguro es que nos reduzcan el presupuesto, al menos en términos reales.
Las expectativas incumplidas pueden generar un rechazo electoral mayúsculo, el próximo año. Los diputados están cometiendo el error de prometer, lo que no pueden cumplir. Si el diputado Pérez Magaña estuviera enterado del tamaño del desastre financiero del próximo año, cancelaría inmediatamente su gira de ilusiones vanas, y debería inmiscuirse en la organización territorial del PRI, con vistas a las próximas elecciones locales. Nunca deben olvidar que estas elecciones las ganó el voto duro priista y que la ingeniería electoral es una quimera, aunque muy bien pagada.
En lugar del desperdicio de recursos humanos y financieros, además del tiempo consumido, el diputado electo por Tuxtepec bien haría en leer la Constitución federal, el reglamento interno de la Cámara y la legislación federal, porque los problemas nacionales y sus soluciones ya le llegarán en resúmenes ejecutivos de los asesores de la Coordinación de la bancada priista. Así se enteraría de cuáles son sus funciones reales y la máxima legal de que los funcionarios sólo pueden hacer lo que la Ley les obliga.