FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 7 de agosto de 2010.
Si consideramos al concepto desarrollo como polisémico y con claras implicaciones sociales, ecológicas, políticas, culturales y económicas, un nuevo modelo, pensado para la gente, debe tener como base las relaciones solidarias y equitativas de los seres humanos entre sí y en la autopercepción de las personas como seres ecodependientes.
Algunos autores consideran al desarrollo con tres principios básicos: a) es un proceso centrado en las personas y sus vidas, no a los objetos; debe situarse en una escala humana, basarse en la autosuficiencia, en la vida armónica de las personas y en la superación de las dicotomías que empobrecen y limitan las posibilidades de desarrollo real; b) Busca reestablecer el equilibrio armónico entre los sistemas urbanos y los sistemas rurales; y c) percibe al lugar concreto, lo local, como ámbito natural de transformación social, donde viven, trabajan, se relacionan e interactúan los seres humanos.
Una concepción del desarrollo local autosostenible implica la formación y el fortalecimiento de sujetos sociales conscientes de su identidad individual y comunitaria, e implicados en el respeto de los procesos y realidades locales (ecológicas, sociales y humanas). Se trata de iniciar un viaje que conduce desde lo grande a lo pequeño; de lo distante a lo cercano; del despilfarro a la autolimitación responsable; de la falta de consideración de los otros a las relaciones equitativas; del antropocentrismo a la inclusión dentro de la ética de los restantes miembros de la comunidad biótica; de lo meramente cuantitativo a lo cualitativo; de lo exógeno a lo endógeno.
Por eso, el desarrollo local ha pasado a ser un tema central en las preocupaciones de las organizaciones sociales, los gobiernos locales, las empresas y las ONG. La promoción del desarrollo local se presenta como una iniciativa estratégica para superar la defensa de intereses sectoriales y fragmentados, al buscar la creación de amplios espacios de participación del conjunto de las personas y posibilitar el avance hacia un modelo de desarrollo endógeno, integral y sostenible.
Desde esa perspectiva, el desarrollo local es un proceso de prácticas institucionales participativas que, partiendo de las fortalezas y oportunidades de un territorio determinado (en función de los recursos naturales, económicos, sociales, culturales y políticos), conducen a mejorar los ingresos y calidad de vida de su población de manera sostenible y con niveles crecientes de equidad. Conciben al territorio, no como un espacio físico objetivamente existente, sino como una construcción social, como un conjunto de relaciones sociales que dan origen y a la vez expresan a múltiples agentes públicos y privados.
Algunas cuestiones sustantivas, con consenso en relación al desarrollo local, son:
1. Tiene un claro sentido de sustentabilidad en lo económico, lo social y lo ambiental, al buscar el bienestar de las actuales generaciones sin afectar el futuro de las próximas.
2. No está desvinculado de lo global. Suelen darse funcionalidades entre ambos niveles, especialmente a favor de lo global.
3. Para el diseño y ejecución de políticas públicas, la articulación del ámbito local o municipal con los niveles regional y nacional aparece como un requisito ineludible.
4. Los Estados nacionales han descentralizado hacia los niveles locales nuevas competencias, pero la mayoría de las veces sin los recursos financieros correspondientes y sin promover las capacidades, tanto institucional como de gestión, en los municipios, especialmente los más pequeños.
5. A nivel local, es posible: a) diagnosticar con mayor precisión los problemas, b) ejercer un mayor control para el seguimiento de las políticas, c) coordinar y concretar mejor las actividades de los diversos organismos sectoriales y de instituciones sociales, d) propiciar y generar la participación de la población, e) consolidar prácticas democráticas como la elección mayoritaria, la concertación, la negociación, la participación social y el control sobre los gobernantes locales.
6. El modelo y métodos de gestión institucional más apropiados es el de la gestión asociada entre el Estado y las organizaciones sociales y comunitarias.
Desde esta perspectiva, contribuir al desarrollo local tiene que ver con: a) planificar participativamente, b) controlar los actos de gobierno, y c) dar cuenta de los actos de gobierno.
El desarrollo local implica pasar del enfoque tradicional de la promoción prioritaria de grandes empresas, cuyos objetivos se definen en contextos muy lejanos, para reforzar un modelo de vida basado en una economía de lo próximo, haciendo a las comunidades menos vulnerables. Por eso, la propuesta del desarrollo local incluye: una mayor proximidad de la producción de los bienes necesarios, mediante su transformación cercana al lugar de producción y su comercialización directa; la valoración del papel de los agentes locales en la diversificación de la economía local; la valorización de las actividades diversas como superación de la hiperespecialización, creadora de sociedades dependientes; y la creación de economías en red que, a partir del trabajo local, se enlazan u organizan, creando un nuevo sistema global.
Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 7 de agosto de 2010.
Si consideramos al concepto desarrollo como polisémico y con claras implicaciones sociales, ecológicas, políticas, culturales y económicas, un nuevo modelo, pensado para la gente, debe tener como base las relaciones solidarias y equitativas de los seres humanos entre sí y en la autopercepción de las personas como seres ecodependientes.
Algunos autores consideran al desarrollo con tres principios básicos: a) es un proceso centrado en las personas y sus vidas, no a los objetos; debe situarse en una escala humana, basarse en la autosuficiencia, en la vida armónica de las personas y en la superación de las dicotomías que empobrecen y limitan las posibilidades de desarrollo real; b) Busca reestablecer el equilibrio armónico entre los sistemas urbanos y los sistemas rurales; y c) percibe al lugar concreto, lo local, como ámbito natural de transformación social, donde viven, trabajan, se relacionan e interactúan los seres humanos.
Una concepción del desarrollo local autosostenible implica la formación y el fortalecimiento de sujetos sociales conscientes de su identidad individual y comunitaria, e implicados en el respeto de los procesos y realidades locales (ecológicas, sociales y humanas). Se trata de iniciar un viaje que conduce desde lo grande a lo pequeño; de lo distante a lo cercano; del despilfarro a la autolimitación responsable; de la falta de consideración de los otros a las relaciones equitativas; del antropocentrismo a la inclusión dentro de la ética de los restantes miembros de la comunidad biótica; de lo meramente cuantitativo a lo cualitativo; de lo exógeno a lo endógeno.
Por eso, el desarrollo local ha pasado a ser un tema central en las preocupaciones de las organizaciones sociales, los gobiernos locales, las empresas y las ONG. La promoción del desarrollo local se presenta como una iniciativa estratégica para superar la defensa de intereses sectoriales y fragmentados, al buscar la creación de amplios espacios de participación del conjunto de las personas y posibilitar el avance hacia un modelo de desarrollo endógeno, integral y sostenible.
Desde esa perspectiva, el desarrollo local es un proceso de prácticas institucionales participativas que, partiendo de las fortalezas y oportunidades de un territorio determinado (en función de los recursos naturales, económicos, sociales, culturales y políticos), conducen a mejorar los ingresos y calidad de vida de su población de manera sostenible y con niveles crecientes de equidad. Conciben al territorio, no como un espacio físico objetivamente existente, sino como una construcción social, como un conjunto de relaciones sociales que dan origen y a la vez expresan a múltiples agentes públicos y privados.
Algunas cuestiones sustantivas, con consenso en relación al desarrollo local, son:
1. Tiene un claro sentido de sustentabilidad en lo económico, lo social y lo ambiental, al buscar el bienestar de las actuales generaciones sin afectar el futuro de las próximas.
2. No está desvinculado de lo global. Suelen darse funcionalidades entre ambos niveles, especialmente a favor de lo global.
3. Para el diseño y ejecución de políticas públicas, la articulación del ámbito local o municipal con los niveles regional y nacional aparece como un requisito ineludible.
4. Los Estados nacionales han descentralizado hacia los niveles locales nuevas competencias, pero la mayoría de las veces sin los recursos financieros correspondientes y sin promover las capacidades, tanto institucional como de gestión, en los municipios, especialmente los más pequeños.
5. A nivel local, es posible: a) diagnosticar con mayor precisión los problemas, b) ejercer un mayor control para el seguimiento de las políticas, c) coordinar y concretar mejor las actividades de los diversos organismos sectoriales y de instituciones sociales, d) propiciar y generar la participación de la población, e) consolidar prácticas democráticas como la elección mayoritaria, la concertación, la negociación, la participación social y el control sobre los gobernantes locales.
6. El modelo y métodos de gestión institucional más apropiados es el de la gestión asociada entre el Estado y las organizaciones sociales y comunitarias.
Desde esta perspectiva, contribuir al desarrollo local tiene que ver con: a) planificar participativamente, b) controlar los actos de gobierno, y c) dar cuenta de los actos de gobierno.
El desarrollo local implica pasar del enfoque tradicional de la promoción prioritaria de grandes empresas, cuyos objetivos se definen en contextos muy lejanos, para reforzar un modelo de vida basado en una economía de lo próximo, haciendo a las comunidades menos vulnerables. Por eso, la propuesta del desarrollo local incluye: una mayor proximidad de la producción de los bienes necesarios, mediante su transformación cercana al lugar de producción y su comercialización directa; la valoración del papel de los agentes locales en la diversificación de la economía local; la valorización de las actividades diversas como superación de la hiperespecialización, creadora de sociedades dependientes; y la creación de economías en red que, a partir del trabajo local, se enlazan u organizan, creando un nuevo sistema global.