3 de junio de 2009

CÍRCULO VICIOSO MAGISTERIAL

CÍRCULO VICIOSO MAGISTERIAL
FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ.

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 29 de mayo de 2009.

No pensaba escribir sobre el drama magisterial, porque, como a la mayoría de los oaxaqueños, el asunto me tiene hastiado y aburrido, pero, además, porque ninguno de los directamente afectados parece estar interesado en atender este manoseado asunto.

La cuestión magisterial es un verdadero círculo vicioso. Primero, porque los padres de familia, los directamente afectados, no pueden protestar, porque sus hijos pueden ser afectado en sus calificaciones y no pueden acudir ante las autoridades educativas, porque ellos son parte del sindicato de los profesores contra quienes los padres de familia pueden protestar; pero, además, el gobierno del Estado no quiere, ni puede intervenir, por la amenaza de las movilizaciones y el endurecimiento de las demandas magisteriales. Así, los supuestos beneficiarios del régimen están en medio de una pinza que solo puede aplastarlos, como en un cascanueces, pero jamás resolverles el problema.

Segundo, la burocracia gubernamental no tiene, ni nunca tuvo, una visión de Estado sobre éste, ni sobre otros muchos asuntos sociales. A lo más que se acercaron fue a tener una táctica política, a principios del gobierno, pero resultó fallida, porque los operadores nunca tuvieron una visión estratégica sobre la problemática magisterial. Hoy día, cuando faltan seis meses para que inicie el proceso electoral de cambio gubernamental estatal, no creo que haya alguien en el Gobierno interesado en resolver un asunto que puede acarrearle la muerte política; de aquí a noviembre del próximo año, el interés de la burocracia gubernamental será pasar desapercibidos y dejar que la inercia los acerque a las nuevas playas políticas de la siguiente administración. Lo peor del caso, para los oaxaqueños, es que el liderazgo político de la Sección 22 lo sabe y se aplica para entorpecerles la retirada. En menos de 2 sexenios, el gobierno ha ido de más a menos y se ha convertido en un mero administrador de la insaciable voracidad de los liderazgos políticos y magisteriales.

Tercero, muy pocos han querido comprender que el sindicato magisterial ha dejado de responder a una demanda gremial. Desde el 2006, en aquel célebre congreso donde anunciaron su transformación para alcanzar el socialismo científico, la Sección 22 del SNTE dejó de ser un sindicato para convertirse en una organización política, pero no en una institución electoral, sino se asumieron como la retaguardia de las organizaciones periféricas de la guerrilla. Los gobiernos estatal y federal no han terminado, ni han querido entender, que no se enfrentan a un organismo gremial, sino a una organización política y militante; por eso sus tácticas siempre han estado condenadas al fracaso y el magisterio los tiene, como en el ajedrez, en un jaque constante. Por su parte, a partir de 2006, el sindicato ha alcanzado las conquistas que las anteriores dirigencias solo pudieron soñar: la nivelación salarial nacional. Hoy no tienen demanda sindical legítima, ni Santiago Chepi tiene capacidad para inventar alguna; por eso están empantanados en las demandas políticas y la necesidad de la movilización por la mera movilización, para justificar su liderazgo.

Como se ve, éste y el próximo año, el Gobierno y el sindicato jugarán al gato y al ratón. En medio del sándwich quedará la educación pública estatal y un millón ciento seis mil trescientos cuarenta y tres alumnos destinados al analfabetismo funcional.