12 de junio de 2009

HARP: MEDIAS VERDADES

FELIPE MARTÍNEZ LÓPEZ

Publicado en el periódico Tiempo, de Oaxaca, Oax., el 12 de junio de 2009.

La entrevista publicada de Alfredo Harp Helú, el martes de esta semana, me confirma que lo bueno para los empresarios no siempre es bueno para los ciudadanos del país. Como todos los beneficiados del régimen, propalan dos medias verdades: Primero, la actual crisis económica es generado por otros y, segundo, el gobierno está en posibilidades de enfrentarla de manera exitosa.

Esta visión engañosa es la misma que nos quiso vender el secretario Carstens, cuando afirmaba, a mediados del año pasado, que la crisis sería un simple catarrito y México saldría adelante, porque estábamos preparados, teníamos experiencia y, además, mucho dinero para enfrentar ésa y cualquier otra crisis. Hoy, cuando la economía nacional está en picada, pero, además, sabemos es apenas el comienzo de las dificultades económicas, el Secretario recula y, obviamente, como todos los interesados en el caso, le echa la culpa al gobierno norteamericano, sin mencionar que fueron los empresarios norteamericanos quienes desquiciaron el modelo económico que los hizo deliciosamente ricos.

También sabemos que esta crisis durará, en México, por lo menos dos años más, mucho más tiempo que en todos los países de América Latina y más que en Estados Unidos. Esa verdad pretenden eludirla el gobierno, los financieros como Harp Helú y todos los interesados en que el neoliberalismo continúe, para mantener el injusto esquema de inequidad económica que genera a pocos muy riquísimos y la inmensa mayoría de mexicanos cada vez más pobres y miserables.

Es un argumento mentiroso el optimismo del origen extranjero de la crisis. No, la crisis la crearon el gobierno y los empresarios mexicanos. El gobierno, por estar al servicio de los empresarios; los empresarios, por no tener la más mínima idea de cuáles son las condiciones del éxito económico social. Nunca terminaron de entender que una sociedad exitosa está basada en el establecimiento de industrias, la creación de fuentes de empleo productivos y la ampliación del mercado interno. Por el contrario, gente como Harp Helú, los panistas y los neoliberales que se benefician del PRI, plantearon el esquema contrario: atraer los capitales golondrinos, hacer de México el paraíso del dinero fácil e improductivo y no crear industrias, porque para eso venían las transnacionales a invertir.

Nunca pensaron en la necesidad de generar una infraestructura productiva para sortear ésta y otras crisis. Nunca pensaron en invertir en fábricas, sino solo en servicios y en la especulación. Creen que con la inversión extranjera y los capitales golondrinos se pueden tapar los hoyos de la macroeconomía.

Ese iluso sueño concluyó cuando nos pegó la crisis, porque somos la cola del tren de Estados Unidos y para donde jale la economía norteamericana nos llevará, así sea al abismo o al infierno. Pero dejemos a los capitalistas mexicanos, a los que sí le han sacado ganancia al neoliberalismo, a gente como Harp Helú -que ni siquiera fue capaz de pagar impuestos por la venta multimillonaria en dólares del banco que casi le regaló el gobierno- cantar las loas a la maltrecha economía mexicana.

Total, que les importa la existencia de tantos pobres y miserables, si cuando el país se desbarranque les será muy fácil subir a un avión y apretar una tecla de su laptop, para que ellos, su familia y su fortuna se trasladen a nuevos y hermosos paraísos fiscales que los habrán de acoger. Esa fue la experiencia de la revolución mexicana.